La recomposición de las jubilaciones y pensiones por la Ley de Movilidad se transformó en un escándalo político.
El miércoles en plena sesión extraordinaria en la Cámara de Diputados por los cambios en el sistema de ART, tanto la oposición como algunos referentes de Cambiemos objetaron el anuncio del Gobierno sobre la modificación de la normativa que especifica cómo se hace el cálculo de las jubilaciones y pensiones, -cambio que el oficialismo podría abortar dado el revuelo que causó.
Desde las filas del oficialismo la diputada Elisa Carrió , fiel a su estilo, planteó: “Si es cierto lo que dice la oposición, que quede planteada una cuestión de privilegio en contra del Ejecutivo nacional por haber modificado la ley, y me comprometo y nos comprometemos a que impere la actual ley de actualización [de haberes jubilatorios]”.
Apenas terminó la sesión, subió más el tono: “Si no me bajan la resolución pido la renuncia a Basavilbaso [Emilio, titular de la Anses] o a quien sea”.
“Aprendan la regla de la ética”, dijo, parada y a los gritos en el pasillo, remató: “¡Se van a la reputa que los parió!”.
A unos metros de ahí, los diputados radicales y de Pro no salían de su asombro. “No sé qué, pero algo tenemos que hacer”, se salía de la vaina el radical Miguel Bazze. Justo en ese momento, las autoridades del interbloque Cambiemos, Mario Negri y Nicolás Massot, se comunicaban con Mauricio Macri, quien les garantizó que daría marcha atrás con la medida.
Poco después, tras abandonar el recinto, Carrió remató en Twitter: “Que se queden tranquilos los jubilados. Vamos a dar la pelea”.
Y sumó, en otro trino: “La torpeza y la ineficiencia no pueden tener justificación”.