La reforma establece que la operación y el mantenimiento del servicio subte podrá ser prestado exclusivamente por el Poder Ejecutivo por sí a través de SBASE, o el que en el futuro lo reemplace. Este proyecto es sencillo en su forma, ya que sólo aspira a modificar y reordenar las funciones de SBASE, al mismo tiempo derogando y anulando todos conceptos relacionados con otro tipo de gestión que no sea la pública.
El modelo propuesto, a su vez, unificaría los criterios en el manejo del servicio, evitando desfasajes entre las decisiones de SBASE y una operadora que busca la ganancia económica antes que la calidad, seguridad y confort del servicio. A su vez, transparenta la toma de decisiones acerca de los recursos económicos y el valor de las tarifas. Por último, no depende del desempeño de una empresa ajena al Estado (altamente subsidiada) para el cumplimiento de los estándares mínimos para el desarrollo normal de un servicio público de calidad.
“El corriente año es de vital importancia en la definición de qué tipo de servicio de transporte subterráneos queremos para nuestra Ciudad en el futuro inmediato, de mediano y largo plazo”, expresaron en la iniciativa de ley.
De esto se desprenden dos necesidades fundamentales: por un lado, la reforma de la ley del subte y, por el otro, la definición de qué tipo de gestión queremos para este servicio.
“El proyecto plantea por un lado, actualizar la ley sin vueltas, eliminando todos los conceptos relacionados con la emergencia, ya que se considera que tras casi cinco años de sancionada la misma, el transporte subterráneo de la Ciudad no puede declararse en tal situación”, afirmó la legisladora Gorbea.
“En consecuencia, se analizó también cuál sería la mejor forma de gestionar este servicio público”, continuó Gorbea.
Para ello, contamos con dos modelos para los que podemos encontrar antecedentes propiamente en la historia del subte de la Ciudad.
“El modelo más reciente, que es el de la concesión en la operación y el mantenimiento, ha resultado en un rotundo fracaso. No existen dudas que las grandes falencias en la calidad del servicio se deben a la mala gestión de la empresa Metrovías, como demostraron los sondeos y encuestas encargadas por SBASE durante 2015. Según esos estudios, el 82% de los usuarios prefiere una operación estatal antes que un sistema de concesión. Insistir sobre un esquema de este tipo es desconocer, en primer lugar, la capacidad de SBASE y de la gestión estatal en los más de 100 años de historia de nuestro subte”, declaró Gorbea.
Un argumento irrefutable a favor de la gestión estatal es el análisis del contexto y la tendencia internacional en esta materia. Los subterráneos de las grandes ciudades del mundo, los servicios más destacados por su eficiencia, confort, calidad y demás variables, son gestionados públicamente por el Estado. A modo de mención, pueden listarse los casos de París, Berlín, Londres, Nueva York, Madrid, Barcelona, Roma y Santiago de Chile, entre otros casos exitosos.
Vale describir el caso de Santiago de Chile, que apenas con 40 años de historia, es decir menos de la mitad de la historia del subte de Buenos Aires, tiene 103 km de longitud (casi el doble que nuestra red) y es una de las diez primeras redes del mundo en cuanto a frecuencia de trenes, entre otros aspectos destacables.
“Desde ECO consideramos que la estatización del servicio es, sin duda alguna, el mejor modelo y mecanismo para el desarrollo del potencial y de la calidad del subte de la ciudad de Buenos Aires”, finalizó Gorbea.