La Policía de la Ciudad pasa por su peor momento desde que fue creada. El fin de semana se conoció la noticia de que el flamante jefe de la policía porteña, José Pedero Potocar, fue suspendido transitoriamente por el ministro de Seguridad tras conocerse un testimonio que lo incriminó con un grupo de policías que les cobraba coimas a un grupo de comerciantes y de “trapitos” para no cobrarles multas por contravenciones.
En el comunicado que emitió el Ministerio de Seguridad, el titular de esta repartición, Martín Ocampo aclaró que “la suspensión de Potocar se producirá hasta tanto se clarifique y resuelva su situación procesal, con el objetivo de preservar el principio de ética y transparencia en el ejercicio de la función pública en la órbita de la Ciudad y garantizar el correcto desarrollo de las investigaciones judiciales”.
Por el momento, mientras la causa judicial que involucra a Potocar sigue su curso, desde el Ministerio se informó que “la conducción de la Policía de la Ciudad continuará bajo la responsabilidad de la Secretaría de Seguridad, a cargo de Marcelo D’Alessandro“
Como era de esperar la noticia trajo repercusiones políticas, uno de los primeros en salir a opinar sobre el tema fue el jefe del bloque de legisladores del Frente Renovador (FR) de la Legislatura porteña, Javier Gentilini.
“Lo dijimos en su momento, la nueva Policía de la Ciudad de Buenos Aires arrancaba mal si la designación de su primer jefe incumplía con el procedimiento estipulado en el Artículo 77 de la Ley de Seguridad”, dijo el massista.
Y luego puntualizó que “el Ejecutivo porteño se empecinó en imponer la Cláusula Transitoria 4ta., a la que varios bloques nos opusimos, con el objeto de eludir el período de 10 días de publicación oficial de los antecedentes del candidato para que la ciudadanía pudiera hacer sus observaciones”.