Mientras que Cambiemos no termina de conformar su Mesa Política en la Ciudad, Martín Lousteau se dispone a desembarcar en Ezeiza, para terminar de definir los últimos detalles del viaje que llevará a Mauricio Macri a los Estados Unidos de Norteamérica.
Pero el verdadero objetivo del embajador en Washington no tiene fines diplomáticos. Lousteau sueña con pelear una interna en Cambiemos para constituirse en el candidato de la alianza oficialista a jefe de Gobierno en 2019, para lo cual previamente se apresta a enfrentar al candidato de Cambiemos en una interna para definir los candidatos en las elecciones de octubre.
El problema es que existe una negativa rotunda de parte de la cúpula del Pro en la ciudad para abrirle el espacio político a su incómodo aliado, que desde Washington los viene acicateando. Ni siquiera lo quieren como aliado, hasta tal punto en que sólo podrían modificar su posición si los números los dieran perdidosos, una posibilidad remota, creen. En este contexto, Diego Santilli sería la opción Pro para encabezar la lista de diputados, mientras esperan que Elisa Carrió se defina y se quede de este lado de la General Paz para competir en la ciudad, lo que licuaría la candidatura mencionada.
Ante este panorama, el radicalismo porteño le reclamó a Lousteau que lance pronto su candidatura -los tiempos de cierre no están lejanos y todas las opciones políticas ya se están definiendo en la trastienda-, lo que llevará al cierre definitivo de la opción Cambiemos, que quedaría reducida a la alternativa UCR vs. todos.
En ese caso, probablemente Lousteau debería entregar el edificio del 1600 de la New Hampshire Avenue y abandonar la capital norteamericana para volver a Buenos Aires.
