A pesar de que la mayoría de los manteros del barrio de Once aceptaron la propuesta del Gobierno de la Ciudad, un sector minoritario continúa resistiendo.
El grupo que rechazó el acuerdo se encadenó, este jueves, en señal de protesta. Principalmente son madres con sus hijos pequeños, que se encadenaron en los lugares donde, hasta hace pocas horas, desplegaban sus productos para vender.
“Este arreglo no se entiende, porque dijeron que tenían que censar a la gente que iba a trabajar, pero no dijeron cómo van a censarse”, afirmó un hombre que se identificó como vendedor de Sarmiento y Perón.