La madre de Tata cayó en las redes de la adicción; su abuela falleció cuando tenía 10 años y, por eso, fue criado por la familia de su tío, Marcelo Urquiza, vecino de Villa 20. Él creció, tuvo su mujer y dos hijas, con quienes debió convivir en un mismo monoambiente con otras siete personas. Tata vio en el barrio Papa Francisco la posibilidad de darle a su familia un hogar propio. La construyó, pero luego fue desalojado, al igual que otras cientos de personas.
Desde entonces, Marcelo, como tantos otros vecinos villeros, hicieron propia la lucha por sus derechos como ciudadanos, entre ellos, el de la vivienda digna.
Así, más de 200 “Marcelos Urquizas” se unieron para luchar por cada “Tata” el pasado sábado 29 de octubre, a través de la “Mesa Activa por la Re-urbanización de Villa 20”.
El encuentro contó con la presencia de delegaciones vecinales de Villa 31-31Bis (Barrio Padre Carlos Mujica), Villa 21-24, Zabaleta, Rodrigo Bueno, el Playón de Chacarita, Ciudad Oculta, Villa 1-11-14, Cildañez, Barrio Fátima, Los Piletones, Ramón Carrillo, Los Pinos, Bermejo, La Veredita, y el Barrio INTA, además de desde organizaciones de izquierda hasta el mismo peronismo, que empujan de manera mancomunada a su único fin: mejorar la calidad de la vida en las villas en el marco de del 1º encuentro “Por una Re-Urbanización Integral de todas las villas de la Ciudad”, a cuyo documento de conclusiones pudo acceder este medio.
Para los potenciales reurbanizados, este plan de urbanización del Gobierno porteño es un hito mayor en su larga historia de lucha que comenzó con la creación de la Ley 1770 (urbanización de la Villa 20), hace once años y que recién hoy comienza a materializarse.
“Mi corazón me decía que acá (por Villa 20) iban a hacer algo, iban a venir. Empezamos siendo diez locos y hoy tenemos arquitectos, ingenieros, abogados, la Defensoría del Pueblo y la Defensoría General, la CTEP, organizaciones sociales, es decir, un cuerpo bien armado”, dijo Urquiza, con el pecho inflado dentro de su camisa de vestir.
Aunque optimista por definición, el militante de organizaciones sociales de izquierda y uno de los impulsores de esta Mesa, fue también crítico con “la buena voluntad” del Gobierno de la Ciudad: “Nosotros somos conscientes de que estos proyectos de urbanización vienen atados a la Villa Olímpica, ya que la villa está exactamente en frente”.
La teoría del miembro de la Mesa es que, por la exposición internacional que el Gobierno tendrá a partir de los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018 que se llevarán a cabo (en su mayor parte) en esta Villa Olímpica es que, con la urbanización es una forma de evitar “lo que pasó el Brasil en los JJOO”. “No quieren dar una mala imagen teniendo una villa frente a tamaño evento, ni se quieren arriesgar a tener algún quilombo”, opinó. “Por eso, precisamente, creo que van a terminar las obras que prometieron, la cuestión es ‘cómo’”. Y es ahí donde la Mesa de Urbanización entra en este juego de ajedrez donde, tras la primer jugada oficial, preparan su retaguardia para defender al rey, que no es menos que su posibilidad de una vida digna.
En tanto, esta Mesa es sólo la primera jugada de esta Mesa, que preparan movidas mucho más grandes.
La unión hace a la Mesa
Si algo ya lograron desde la unión vecinal es “el cambio del eje político de los funcionarios” que, según Urquiza, “antes éstos se sentaban en el microcírculo de los punteros políticos que no representan a nadie, pero que hoy se agrandó para dar paso a al pueblo, a los vecinos”. Y, por ende, éste es el camino que se proponen seguir fomentando.
Sin embargo, “si los hermanos se pelean, los devoran los de afuera”, reza un tal Martín Fierro. Por eso, el fin de este movimiento es la confección de estos espacios de debate en cada villa para unificar sus fuerzas, su visión y sus propuestas para “supervisar” la urbanización de sus villas: “Somos nosotros los que sabemos cuáles son nuestras necesidades y falencias. Sabemos que se invertirán millones acá y que ya hay más de uno preparado con el cuchillo y el tenedor. No podemos dejar que se lleven un peso, que hagan lo que tengan que hacer”.
“Esta mesa se ganó el respeto del Gobierno no porque fue a tirar piedras, sino por incidir en un montón de cosas que son buenas para la gente y es lo que queremos seguir haciendo”, explicó Urquiza.
Listos para lidiar con el Pro
A pesar de que faltan cuatro años que para las próximas elecciones, Urquiza apunta a que hoy “el Pro no tiene competencia definida en Capital, excepto Lousteau”. Por esto la Mesa busca crear un espacio entre todas las villas para enfrentar al “gigante” con propuestas o reclamos unificados en caso de mala praxis en el proceso de urbanización.
“Así como el Gobierno tuvo la buena voluntad de crear una Mesa de Gestión Participativa donde se debaten proyectos e ideas en conjunto, apuntamos a que cada barrio pueda tener estos espacios donde puedan discutir lo que se vaya a hacer en cada uno con respecto a la urbanización”, apuntó el vecino de la Villa 20, quien subrayó su intención de diálogo con los funcionarios: “Si no te metés en la discusión con el Gobierno, te dejan afuera, no existís”.
Sucede que en la palabra “urbanización” recaen miles de historia, necesidades, miles de Tatas que esperan que esta vez no sea un déjà vu del caso de la urbanización de Piletones, que constó de la reparación de elementos menores y de políticas “cosméticas”, sino lograr lo que el Gobierno porteño promete a toda voz: “no sólo la urbanización, sino también la integración”.
“Yo quiero decirle al Gobierno que su urbanización mejorará vidas, e incluso salvará muchas. Que vamos a estar presentes, que queremos colaborar. Pero que sepan, también que no va a pasar otro Piletones. Para eso nos estamos uniendo y organizando”, culminó Urquiza.
Finalmente, este martes, darán otro paso persiguiendo este objetivo. Se llevará a cabo, a las 15.30, en el Salón San Martín de la Legislatura porteña una audiencia pública por la Ley de Reurbanización, Zonificación e Integración Sociourbana de la Villa 20.