“El fútbol vive una crisis terminal”, dijo el mandatario Mauricio Macri en su primera conferencia de prensa. Además, reafirmó que el Gobierno “no pondrá dinero” para los clubes y comparó a los dirigentes con kirchneristas que están en la mira de la Justicia.
Es que la estrategia de Mauricio Macri es ahogar a los clubes para que cambie el estatuto de la AFA. De esa manera, los dirigentes terminarían arreglando con algún canal privado que les ofrezca plata para la televisación de los partidos. No les quedaría otra debido a la creciente necesidad de efectivo.
No obstante, en medio de la incertidumbre, se alzan dos fórmulas que buscan quedarse con el control y el poder del deporte de la redonda. Por un lado, se encuentra el equipo de Daniel Angelici (presidente de Boca), Claudio “Chiqui” Tapia (presidente de Barracas Central) y Hugo Moyano (presidente de Independiente).
Angelici y Tapia mantuvieron una reunión para que el boquense se quede con la Superliga y Tapia con el cargo máximo en la AFA. Y tienen los fierros para lograr sus propósito. Tapia cuenta con el aval de los clubes del ascenso y del interior. Esto quiere decir que si hay elecciones en la AFA, Tapia gana seguro.
Pero hay un sector del fútbol que le puede poner freno a esa iniciativa. Aunque también debería negociar con Tapia. así esta el fútbol argentino hoy.
La fórmula de Marcelo Tinelli (vicepresidente San Lorenzo) y Rodolfo D’Onofrio (presidente de River) le compite a Tapia-Angelici. La idea de ellos es que Tinelli vaya a la Superliga, y que D’Onofrio integre la Conducción de la Confederación Sudamericana de Fútbol, más conocida por sus siglas Conmebol.
Esta disputa esta abierta y tiene en sus manos, nada menos que el futuro del fútbol argentino, que es lo mismo que decir, que la pelea es por el control de un negocio millonario hoy empobrecido hasta las migajas. Ya no hay manera de echarle la culpa a Don Julio. El apriete a fondo de Macri termina poniendo a Tapia en el lugar menos pensado: el de indispensable