El jueves pasado, 10 de noviembre, Alejandro Fargosi, a propuesta del representante del Poder Ejecutivo Nacional ante el Consejo de la Magistratura, Hernán Ordiales y tras un cónclave llevado a cabo entre ellos y el diputado nacional por el PRO, Federico Pinedo (quien jugó en todo esto como operador directo de Mauricio Macri con quien se mantenía en permanente línea directa), sorprendió a quienes confiaron en él, al votar favorablemente la propuesta del bloque “K” del Consejo, en el concurso 140 que designaba los seleccionados para ser magistrados con competencia federal para juzgados con sede en Buenos Aires.
Antecedentes. La Unión UCR-PRO
Fargosi había llegado al Consejo de la Magistratura, tras un amplio triunfo obtenido en los comicios disputados el 31 de agosto de 2011, por un acuerdo al que arribaron la Unión Cívica Radical, el PRO y el Peronismo Federal Porteño. Se recuerda aún la misiva de un tenor jamás visto en elecciones de abogados, que dirigida a los letrados fuera firmada por los dirigentes Ricardo Alfonsín, Carlos Mas Vélez, Ricardo Gil Lavedra y Ernesto Sanz, en la que utilizaban el logo del centenario partido político, exhortando a sufragar por Fargosi. Más apoyos llegaban desde dirigentes de segunda línea pero con amplia trayectoria como Florentina Gómez Miranda, Enrique Nosiglia, Fernando de la Rúa, Javier Roncero, Magdalena Iraizoz, Daniel Sabsay, Julio César Strassera, Gustavo Bossert, Marcelo Stubrin y Facundo Suárez Lastra entre muchos otros.
Idéntica circunstancia realizaban desde el PRO, sus satélites y esbirros. Así dieron un furioso apoyo personajes como Mauricio Macri, Enrique Rodríguez Larreta, Ricardo López Murphy, Guillermo Montenegro e, incluso, el Rabino Sergio Bergman quien, desde su púlpito informático de Twitter amenazaba a quienes no fueran a votar por Fargosi el “tener que responder ante la Patria” y también soportar “la ira de Dios”.
Además de todos estos respaldos políticos, no le fueron en zaga otros que partían directamente desde medios masivos de comunicación, sea para entrevistarlo en los diarios de mayor tirada, como para invitarlo a cuanto canal de televisión o radio exista en el éter. Así, por ejemplo, Fargosi era el entrevistado de moda para oponerse desde el mundo jurídico a la entonces nueva “Ley de medios audiovisuales”.
También se dio un fuerte apoyo de sectores conservadores del coqueto Colegio de la calle Montevideo, conspicuos representantes del mismo como los Dres. Roberto Durrieu, Enrique del Carril, Rafael Martínez Raymonda, Luis Herrera, Lucio Somoza, Jorge Bacqué, Mariano Grondona y José Alfredo Martínez de Hoz, en estos últimos dos casos padre e hijo, daban la derecha a uno de sus hijos dilectos, Alejandro Fargosi.
Su única propuesta
En el fenómeno Fargosi se dio una peculiaridad, el candidato no llevaba plataforma alguna de campaña, sino que, por el contrario, y sin contar la habitual frase de querer llegar a ser consejero para lograr la quimérica “independencia del Poder judicial”, sólo se limitaba a recitar casi de memoria una promesa: “Ser un opositor a muerte de los K” y “nunca acompañarlos con su voto”. Tal es así, que tanto el día que asumió como aquel en que ganó las elecciones manifestó “Vengo a romper la mayoría automática kirchnerista en el Consejo de la Magistratura”.
Un buen marketing, una muy oportuna aparición en los medios de prensa durante muchos minutos al día, un respaldo total de los aparatos de 3 partidos políticos y, una campaña difamatoria contra sus adversarios que era repetida por todos los medios las 24 horas del día (“son K”, en plena oleada “anti K”), condujeron al brillante triunfo de Fargosi ante independiente oficialismo del CPACF y; la lista de los “K” y el PC ambos provenientes de la Asociación de Abogados de Buenos Aires y la Asociación de Abogados Laboralistas.
Participación de Partidos Políticos en elecciones de Abogados
Nuestra Constitución Nacional establece que cinco estamentos deben estar representados en el Consejo, a saber: 1) Un representante del PEN, 2) Los representantes de las Cámaras que componen nuestro Congreso, tres senadores y tres diputados; 3) Un representante de las universidades; 4) Tres jueces y 5) Dos abogados.
En su inteligencia, nuestra Carta Magna divide entre estamentos políticos y técnicos. Así, corresponden a la primera categoría el representante del PEN, diputados y senadores, que pertenecen y representan a Partidos Políticos; y a la segunda los jueces, catedrático y abogados, en éste caso con carácter técnico-gremial, debiendo provenir y responder ante sus pares sin influencias político partidarias.
Tanto es así que, al igual que ocurre con los magistrados, de resultar electo, el abogado en cuestión DEBE RENUNCIAR A SU FILIACIÓN POLÍTICO PARTIDARIA, en caso de tenerla, so pena de no poder asumir su cargo.
Como ocurre últimamente en los clubes de fútbol (Independiente y Boca Jrs. por citar solo dos ejemplos con comicios inminentes), en estas elecciones del Consejo de la Magistratura se dio una irrupción de los Partidos Políticos en cuestiones que no le corresponden, atento que su original ratio es realizar las estrategias y proyectos necesarios para conducir los destinos, en el caso de nuestro país y, mejorar el presente y el futuro de los argentinos.
Con esta novedosa circunstancia huestes independientes deben competir contra el poder y el dinero de corporaciones políticas y económicas que, pulverizan la letra y el espíritu de nuestra Constitución Nacional.
Colofón. ¿Traición? ¿Debe renunciar Fargosi?
Fargosi es acusado de haber traicionado a quienes lo llevaron a sentarse en su silla en el Consejo de la Magistratura de la Nación.
Con carácter preliminar debo señalar que su voto en realidad no es importante, en cuanto a su corrección o incorrección, en orden a que violó su promesa original, léase romper con la supuesta mayoría automática del Consejo y, “NUNCA ACOMPAÑAR CON SU VOTO A LOS K”. Habiendo sido ella su única promesa de campaña, no hay dudas de que Fargosi ha traicionado a quienes honestamente lo votaron y, también a aquellos que impulsaron su candidatura, pero en éste último caso solo a los que no tenían intereses creados con la misma.
Causan hilaridad las reacciones del ex candidato a Presidente de la Nación, Ricardo Alfonsín y el Senador Ernesto Sanz, quienes se sorprenden con el proceder de Fargosi denunciando un pacto con los “K” (que comparto que existe y que es macro, incluyendo la justicia de la Nación, la federal y la de la Ciudad de Buenos Aires), pero olvidando el apoyo virulento que dieron para la llegada de Fargosi al Consejo, carta con membrete y sus firmas incluidas.
Son pueriles e infantiles las explicaciones del diputado Pinedo quien dice “que no dijo lo que dijo” y que en realidad “dijo lo que no dijo”, así por ejemplo fue lamentable su participación en el programa de Joaquín Morales Solá del lunes pasado en donde ponía cara de compungido queriendo explicar lo inexplicable, la teoría del “mal menor” y otra suerte de fútiles explicaciones .
Fargosi ha dejado en claro que es hombre de Macri y Pinedo. Con solo leer sus sitios de Twitter y Facebook se puede rápidamente advertir su agradecimiento a dichos dirigentes por haberlo guiado en tan trascendente decisión para los destinos de la justicia federal de nuestra República.
No es creíble tampoco que quienes lo impulsaron sean independientes. Para ello basta recordar que siempre en campaña se identificaron como “anti K”. Como es casi de Perogrullo, quien es “anti” no es independiente. Sostener lo contrario es un sofisma.
Finalmente, pedir la renuncia de Fargosi y la asunción de su suplente Juan Pablo Zanetta (dirigente radical de la Comuna 15 de Capital Federal) es violar la voluntad del electorado que, sin dudas votó por Alejandro Fargosi. Ni que hablar de los pactos preexistentes que recién ahora salen a la luz sobre rotaciones en plazos determinados entre titular y suplente, igual suerte que correrían quienes ocupan cargos similares en esa alianza en el Consejo de la Ciudad de Buenos Aires.
De hecho, no cabe duda que se produciría una inversión en el supuesto que asuma Zanetta; en vez de ser, como señaló Pinedo, “un hombre del PRO”, el consejero de la magistratura pasará a ser “un hombre del partido radical”.
¿Y la independencia?
El pueblo de la Abogacía ha votado inequívocamente, engañado o no, y se ha expresado.
Es principio rector de la Democracia que los mandatos ordenados por el Pueblo, único soberano y titular del Poder, deben ser cumplidos de manera integral por quienes resultaron electos. Lo contrario es “a todas luces” inmoral.
Como conclusión final es menester señalar:
a) Fargosi nunca fue un “candidato independiente” y no solo por los gritos de “anti K” tanto de sus proponentes como los propios, sino porque (tal cual señalé en mi nota “El martes no perdimos, escrita un día después de los comicios, el 1 de septiembre de 2010): “Con su padre procesado, finalmente hasta a los K les terminaba conviniendo la debilidad familiar de Fargosi; ello sumado a la habitual facilidad para “transar” de los radicales les resultaba mucho más apetecible que la independencia y la fortaleza de los gededianos”.
b) NUNCA MÁS los partidos políticos deben invadir elecciones vinculadas a consejos profesionales; caso contrario como en del Fargosi, necesariamente, a la corta o a la larga, aparecerán a “cobrar la cuenta”, importándoles solo sus intereses y poco, en nuestro caso, los de los abogados.
c) Los votantes deben siempre ser respetados, tanto por que quien resultó electo cumpla con lo prometido durante la campaña; como en quienes y durante cuanto tiempo serán sus representantes, sin dobles discursos, cambios de caballo a la mitad del río; acuerdos de espaldas al electorado y otras componendas privadas. No cabe duda entonces que Fargosi debe continuar, durante los cuatro años que dura su mandato constitucional, como consejero de la magistratura.
En el peor de los casos, parafraseando al legislador porteño electo Sergio Bergman, pero utilizando a rajatabla una garantía constitucional existente desde 1853, ante el supuesto incumplimiento de Fargosi y solo utilizándose los mecanismos previstos por nuestra Carta Magna:
“Que Dios y la Patria se lo demanden”.
Jorge Rizzo
Presidente ONG
“GENTE DE DERECHO”