Alcanzar la autonomía plena de la Ciudad de Buenos Aires se está convirtiendo en un trabajo arduo en el que hay que recorrer un camino sinuoso construido por el Gobierno Nacional.
Encerrado en su conflicto permanente con el Jefe de Gobierno de la Ciudad el oficialismo nacional termina perjudicando a todos los porteños, la última embestida de esta disputa es tratar de imponerle a la Ciudad el manejo del transporte metropolitano.
Durante años promoví en la Cámara de Diputados de la Nación proyectos para el traspaso del transporte público y también de la policía, la justicia y el puerto de la Ciudad.
Estas iniciativas en las que trabaje con el acompañamiento de los Diputados del distrito, fueron planteadas en el marco del consenso alcanzado con el oficialismo para modificar el artículo 7 de la Ley 24.588, permitiendo así a la Ciudad de Buenos Aires crear su propia fuerza de seguridad. Con esa base convoqué a todos los legisladores nacionales de la Ciudad generando así en el año 2006, por primera vez, una agenda legislativa sobre la Autonomía de la Ciudad de Buenos Aires.
A pesar de esa modificación a la Ley Cafiero , otras importantes iniciativas en la materia como el Proyecto 0027-D-2009 que modifica el artículo 10 de la Ley 24.588 para la transferencia al ámbito porteño del Registro de la Propiedad del Inmueble y de la Inspección General de Justicia, el Proyecto de Ley 0034-D-2010 que plantea la transferencia del dominio y administración del Puerto de Buenos Aires a la Ciudad , el Proyecto 2671-D-2009 que pide la transferencia de la Dársena Norte en el Puerto a la jurisdicción porteña y el Proyecto de Ley 1413-D-2010 sobre el traspaso de la Justicia Nacional Ordinaria al ámbito del Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no son tratadas por el oficialismo en el Congreso a pesar de conservar su estado parlamentario.
En el marco de mi continuo trabajo por la autonomía plena de la Ciudad, el 10 de Noviembre del 2010 presenté un Proyecto de Ley (Expte. 8093-D-2010) para que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tenga jurisdicción exclusiva sobre los Servicios de Transporte Automotor de Pasajeros y transporte Ferroviario de Pasajeros por Subterráneo y Premetro, derogando la Ley 25.031 y creando el Organismo Coordinador del Transporte Área Metropolitana (OCTAM), con el traspaso de los recursos correspondientes.
Este proyecto de traspaso tenía como antecedente el Expte. 1317-D-2004 en el que argumentábamos que era necesario transferir legalmente a la Ciudad de Buenos Aires el Servicio de Transporte Automotor Urbano de Pasajeros y Transporte Ferroviario de Pasajeros por Subterráneo y Premetro y la correspondiente administración, fiscalización y control del mismo, contemplando no solo que el Subte sea administrado por la Ciudad sino también los trenes y colectivos de línea, traspaso que debe realizarse como establece la Constitución Nacional con los recursos financieros y naturalmente con el servicio de seguridad garantizado por la Policía Federal y con acuerdo de la Legislatura porteña.
Con la modalidad de transferencia del transporte público de pasajeros que intenta imponer el Gobierno Nacional, en la cual no se transfieren recursos, se anulan los subsidios y no se garantiza la seguridad, se demuestra claramente el espíritu centralista del oficialismo, que desprecia y por lo tanto busca limitar la autonomía de la ciudad como mecanismo para debilitar a un futuro adversario en la elecciones presidenciales de 2015.
En este ataque los verdaderos perjudicados terminan siendo los miles de ciudadanos porteños y del conurbano que día a día utilizan el servicio público para llegar a sus trabajos, para ir al médico o simplemente para visitar a la familia y tienen que soportar la condición calamitosa de un sistema en el cual el Gobierno Nacional no ha realizado una sola inversión en la última década.
Lamentablemente el Gobierno Nacional solo busca transferir las áreas que representan un gasto para la Nación sin ver que se trata de inversiones para mejorar la vida cotidiana de los ciudadanos. Solo así se entiende esta transferencia a las apuradas, impuesta por la fuerza, de un servicio que necesita miles de millones de inversión que el Ejecutivo y las concesionarias amigas no realizaron, justo en momentos donde necesita ajustar las cuentas públicas. Es por eso que no plantean, por ejemplo, la necesidad de transferir la administración del puerto, el cual es una fuente valiosa de recursos que permite gastos innecesarios como el Futbol para Todos o el Automovilismo para Todos.
El camino por recorrer para lograr la plena autonomía de la Ciudad de Buenos Aires es largo y sinuoso. Y lamentablemente, ese camino está siendo construido por un Gobierno Nacional que no solo busca destruir a un adversario político, sino también castigar a una Ciudad que le dio la espalda en las últimas elecciones.
Silvana Giudici