Por estas horas comenzó a aplicarse en la Ciudad, un sistema de multas fotográficas, que va acompañado de dos imágenes fijas, y que figura en la boleta que el Gobierno porteño emite con un video como prueba de la infracción. Las imágenes están sólo en poder de los controladores, y se aplica únicamente a automovilistas que violen la luz roja e invaden la senda peatonal.
Si bien en la actualidad ya están funcionando 13 cámaras con esa tecnología, en poco tiempo habrá un total de 35. Las mismas no estarán en lugares fijos, sino que irán rotando en 70 gabinetes ubicados por toda la Capital, por ejemplo Sarmiento y Rafael Obligado, Juan B. Justo y Santa Fe, Brasil y Hornos o Rivadavia y Callao.
Los cambios al sistema de infracciones se completan con las nuevas fotomultas manuales, siete móviles que controlan los carriles exclusivos (este año se sumarán otros quince), 20 radares móviles para el exceso de velocidad y otros 30 fijos. Y un número reducido de móviles de tránsito realizando fotomultas en los barrios.
Por otra parte, el sistema de multas manuales arrancó en enero, y ya hay 57 palms y 80 agentes de tránsito, en dos turnos, recorriendo la Capital. Mediante las palms (sacan dos fotos) se puede controlar la obstrucción de rampas para discapacitados, la detención en paradas de colectivos, el estacionamiento en doble fila o sobre los cajones azules. Además, permite castigar a aquellos que tapan la patente.
Las imágenes (videos y fotos) pasan por las manos de tres empresas desde su origen hasta la notificación. La Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones (CECAITRA) se encarga de obtener las imágenes. Luego, las procesa la alemana Siemens y finalmente Boldt, que ganó la licitación para el manejo de la Dirección de Infracciones, las acepta o rechaza de acuerdo a las normas vigentes y la envía a los domicilios.