La reciente decisión del GCBA de incrementar por cuarta vez el costo del acarreo de los vehículos mal estacionados –la última había sido en febrero, cuando se decidió elevar el monto de 350 a 450 pesos– trajo polémica no solo en el arco opositor, que consideró la medida como confiscatoria, sospechosa y tendiente a favorecer “a los amigos del macrismo”, sino también en las entidades que defienden los derechos de usuarios y consumidores cuyos representantes, casi unánimemente, rechazaron la determinación de plano.
La suba del 29 por ciento –unos 580 pesos por acarreo, desde el 5 de enero– motivó que, por caso, Consumidores Libres cuestione en la justicia la legalidad del nuevo aumento en el servicio de grúas. “Discutiremos el criterio de doble sanción que significa la aplicación simultánea de una multa por mal estacionamiento, equivalente a 100 unidades fijas, que se calcula por el valor de medio litro de nafta premium, que hoy ascendería a 612 pesos, y los 580 pesos por el acarreo,” señaló a Noticias Urbanas Héctor Polino, referente de la asociación.
“También pediremos a la justicia que hasta tanto se concrete el llamado a licitación pública y el otorgamiento de la nueva concesión a las empresas ganadoras, no se modifique el monto del servicio de grúa de 450 pesos”, agregó el exdiputado porteño.
Por su parte, Sandra González, titular de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la República Argentina (Adecua), cree que el cambio se trata de “una medida sumamente recaudatoria”. “Es un despropósito. En el año ya hemos tenido muchísimas denuncias por este tema. El mal estacionamiento no se resuelve cobrando cada vez más al usuario. Primero, se hicieron avances y mejoras en materia de transporte público, pero evidentemente no alcanzan. Hay personas a las que no les queda otra que ir a trabajar o estudiar en su auto, ya sean porteñas o del Conurbano. En consecuencia, si el transporte funcionara bien, se podría desalentar el uso del automóvil particular”.
“No hay lugares donde estacionar -continuó González- y las cocheras son también cada vez más caras. Y, además, aunque todo sea discutible, primero tenés que pagar el acarreo y después se verá si el auto estaba bien o mal estacionado. El sistema es perverso: los cordones están pintados mitad de amarillo, mitad de blanco; hay pésima señalización e información acerca de los espacios habilitados para estacionar, e incluso hay vecinos que denuncian que hay encargados de edificios que, en connivencia con los empleados que manejan las grúas, gestionan telefónicamente el acarreo. Es un sistema a partir del cual, como si fuera poco, cuando te acarrean el auto, lo destrozan. Hablan tanto de la inflación, pero esto también genera inflación”, explicó a este medio.
A su vez, la referente de Adecua opinó que la decisión del Gobierno porteño es “unilateral” y que “hay que mejorar el transporte público y hacer más lugares para estacionar”. Sostuvo, asimismo, que “la solución no es aumentar el acarreo, todo lo trasladan siempre al usuario, en un marco irregular: los contratos de las empresas STO y SEC están vencidos desde 2001 y pagan un canon vergonzoso, de 55 pesos por mes”.
Por último, Carolina Suárez, del Centro de Educación al Consumidor (CEC), entiende que “con castigo y recaudación no se mejorará la cuestión del establecimiento”. En ese sentido, la determinación del Ejecutivo, le resulta, además de escasamente democrática, para la cual no hubo discusión previa con expertos en el tema y los actores involucrados, perjudicial hacia el vecino. “¿A quién le consultaron? Es una decisión arbitraria. Las entidades de defensa de los derechos del usuario y consumidor, por ejemplo, no fuimos llamadas. Aunque seguramente nos convoquen el 3 de febrero cuando haya audiencia pública por el tema de los parquímetros”, precisó respecto a la solicitud del GCBA para reunirse en el Centro Cultural Adán Buenosayres (Asamblea 1.200), con el objetivo de estudiar el aumento del costo de la hora de estacionamiento medido.
“¿Quieren generar más Bombitas Fisher? No lo sabemos. Por lo pronto, en el escenario planteado, no se entiende el sentido del aumento. Es recaudatorio. ¿Y por qué un 30 por ciento? ¿Adónde van esos montos? Como están siendo manejadas las cosas, paga quien puede y quien no, se perjudica, en una época difícil, donde la mayoría se va de vacaciones, y en un tiempo en el que también suele haber actualizaciones de tarifas”, analizó Suárez ante NU.
Para finalizar, se hizo una pregunta que se hacen varios: “Sabemos que este pueblo tiene una idiosincrasia particular, que reacciona cuando se le toca el bolsillo. Pero, ¿en qué se ha mejorado? ¿Hubo concientización? ¿Nadie se cuestiona por qué la gente sigue estacionando ‘mal’?”