El Gobierno de la Ciudad se comprometió con los habitantes de la Villa 31 y 31 bis del barrio de Retiro a brindarles acceso a los servicios básicos garantizando la seguridad de las personas en un asentamiento de construcciones irregulares. Pero para poder llevar agua por cañerías o gas, la administración porteña deberá determinar a qué cantidad de población se proveerá de dichos servicios y tendrá que abrir calles para poder soterrar las cañerías. Para la realización de tales tareas, el Ministerio de Espacio Público resolvió realizar un relevamiento poblacional y estructural en la zona.
Juan Carlos Poli, el arquitecto designado para el operativo, informó a la prensa las situaciones observadas en una recorrida realizada de incógnito. Disfrazado de fumigador y acompañado por una cuadrilla de limpieza, Poli pudo detectar peligros estructurales en las construcciones.
"Buscamos recursos que nos permitan movernos en libertad y fui con un equipo de limpieza para trabajar en un plano de catastro para advertir el crecimiento del barrio", señaló el arquitecto explicando el operativo encubierto. Y agregó: "El Gobierno actuó y contó con una herramienta como las comisiones del crecimiento para analizar cada manzana y cada vivienda. Es difícil determinar cuantos habitantes tiene la villa, pero ha habido gran movilidad en las viviendas que muchas veces no son de carácter permanente", comentó por Radio Rivadavia.
El relevamiento busca "revisar cada una de las situaciones para ver que es lo que estaba pasando" en la zona.
"Lo importante es que se cuenta con una herramienta para hacer un censo y ver como están las viviendas. Hay viviendas que han empezado a ir para arriba, disminuyendo el sol y la ventilación de las casas de los costados", dijo el arquitecto a Radio 10.
"El riesgo de esas construcciones altas es serio", subrayó.
