El auditor general de la Ciudad de Buenos Aires, Eduardo Epszteyn, consideró hoy “un espanto” y una “desprolijidad profunda” desde el punto de vista administrativo las contrataciones realizadas por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires para la construcción del Metrobus.
“Todo lo que ha sido la contratación del Metrobus ha sido, desde el punto de vista administrativo, un espanto, una desprolijidad profunda”, aseveró esta mañana Epszteyn.
Allí, el auditor general de la Ciudad subrayó la existencia de “diferencias muy grandes que se ven a simple vista en las presentaciones realizadas por las empresas” para la construcción del Metrobus a lo largo de la Avenida 9 de Julio y para la construcción del llamado Corredor Sur.
“Son dos empresas distintas que venden un mismo producto para un mismo producto final y las diferencias son de hasta un 100 por ciento”, consignó Epszteyn, quien puso como ejemplos los casos de tres tipos de baldosas y sostuvo que no eran “la única irregularidad”.
En este sentido, señaló que lo que denotan “a las claras” ambas ofertas es que los costos “están dibujados, porque es muy fácil llegar a un precio final diciendo que se va a cobrar esto por esto y pongo muy barato aquello que nunca te voy a dar para equiparar otros valores que son muy altos”.
Por ese motivo, postuló que lo de que debe hacer el Estado frente a estos presupuestos es “mirar uno por uno los aspectos y, donde hay esa diferencia, ver que ahí está pasando algo” porque –indicó– no puede haber un 100 por ciento de diferencia en un mismo ítem en un lugar u otro de la Ciudad”. “Uno puede entender que hay una obra que hay que hacerla rápido, pero el nivel de desprolijidad que tiene esto yo lo he visto en pocos casos”, sostuvo.
La gestión encabezada por Mauricio Macri gastó 200 millones de pesos más que los que habían sido presupuestados para la construcción del Metrobus, en tanto la construcción del kilómetro de ese corredor en la Avenida 9 de Julio costó 65 millones, contra 10 millones que costó el llamado “Corredor Sur”.