Martín Lousteau, Graciela Ocaña y Andrés Borthagaray son los precandidatos a la Jefatura de Gobierno que competirán en las primarias del 26 de abril como referentes del frente electoral Energía Ciudadana Organizada (ECO), surgido tras el estallido de Unen, para definir quién será, finalmente, el postulante del espacio que irá por la sucesión del macrismo en la Ciudad. Ahora bien, en las casi dos semanas que quedan hasta las PASO, ¿cómo es el planteo de campaña de cada uno?
Si hay algo que caracteriza al exministro de Economía de la Nación es su afán por pretender confluir, en una misma estrategia, el impulso de los jóvenes y el efecto multiplicador que pueden propiciar las redes sociales, como una aparentemente nueva forma de hacer política. Justamente, el 27 de marzo, una gacetilla de prensa del economista afirmaba: “Hoy amanecieron internet, las redes sociales y los teléfonos celulares de miles de usuarios con una original y divertida forma de convocar a un acto de lanzamiento político. Apelando a una caricatura con la cara de Lousteau, precandidato a jefe de gobierno de ECO, el equipo de comunicación de redes sociales e internet que lo acompaña invitó por Twitter, sitios de internet, mensajes a celulares, WhatsApp y Facebook a compartir un plan para el viernes a la noche. El acto a realizarse en el teatro Gran Rex será hoy a las 18.30, con el fin de escuchar a Martín Lousteau presentando su plan de gobierno para la Ciudad. A poco tiempo de ser lanzada la campaña –continuaba el texto– la gente reaccionó positivamente en las redes y por lo tanto se calcula una multitudinaria presencia para ver al economista. Quienes quieran acompañar a Lousteau pueden sumarse a @jovenesconlusto en Twitter”.
La cuenta, al día de la fecha, no explota de seguidores. Son 2.859. Allí se ve la cara dibujada del precandidato, acompañada de una biografía más pocket que lo habitual –“Energía Política Positiva”, jugando el juego de palabras conforme los términos que nominan la propuesta–, y se enumeran las iniciativas que se prometen concretar si Lousteau termina siendo, primero, el candidato de ECO, y luego, el jefe de Gobierno porteño. Así, tomará cuerpo la idea de cierta continuidad, de construcción sobre lo construido, viralizada por doquier: “Está bueno Buenos Aires, pero puede estar mucho mejor. SUMATE AL CAMBIO. Evolucioná”, que se manifiesta, a su vez, en términos más concretos en afirmaciones tales como “Con el Metrobús tu hijo llega más rápido a la escuela, pero no llega a una mejor escuela. #VaConOnda”.
El resto, respecto al recorrido de campaña del exfuncionario K, es caminar la Ciudad para hablar con los vecinos. Así, de Cabildo y Juramento a Santa Fe y Coronel Díaz, pasando por Avenida de los Incas y Triunvirato, parece concentrarse más en el norte. Otro ejemplo fue su reciente participación en una jornada realizada en la Universidad Torcuato Di Tella, en la que intercambió por un largo rato ideas con los estudiantes. Y el resto es, también, mucha aparición televisiva. Hasta aquí, por lo que marcan las encuestas, Lousteau sería el candidato de ECO.
Graciela Ocaña, quien al cierre de esta edición oficializaba su ruptura con el bloque Confianza Pública (ver nota aparte), tiene a priori algo a favor, de lo que saca provecho siempre que puede: su banca en la Legislatura porteña, que le brinda una vidriera propositiva, a partir de lo hecho y lo que hay que hacer. ¿El leitmotiv proselitista? La lucha contra la corrupción, léase joyas de Cristina o Fútbol para Todos. “Queremos una Ciudad sin proveedores amigos, con funcionarios que hagan y no roben”, dice, por caso, en Facebook, donde se presenta como “precandidata a jefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Exdirectora del PAMI y ministro de Salud. Me dicen la ‘hormiguita’”.
La salud es otro de los temas recurrentes de su discurso. En su página, gracielaocana.com.ar, la Hormiguita ofrece sus múltiples proyectos sobre el tema. Además, todos los relativos a la tercera edad, rango etáreo que se supone, por su experiencia en la obra social de los jubilados, maneja fluidamente. Para difundirlos, el equipo de Ocaña se encargó y encarga de montar mesas en distintos barrios. Las de la Terminal de Retiro son un ejemplo de ello.
Otra de las estrategias, acaso la de mayor visibilidad, es la participación de la precandidata en diversos programas políticos, como los clásicos de la señal TN o los que hace relativamente poco llegaron a ese terreno mediático: Intratables o Animales sueltos, en la tevé abierta. En el programa de Alejandro Fantino, por mencionar alguna de las alusiones con las que quiso pintarse fuera de la actividad política, más hacia el pasado, Ocaña habló de la tintorería familiar, del alcoholismo de su padre, del cuidado paternal de sus abuelos.
Andrés Borthagaray, arquitecto orientado hacia los asuntos de planeamiento, de raigambre radical, es tal vez el postulante eclipsado a la sombra del conocimiento que de los otros dos se tiene. De perfil bajo, suele pregonar que no le gusta proferir indiscriminadamente eslóganes de campaña como a sus competidores, eslóganes vacíos de sentido, sino que se inclina más bien en dirección a la discusión de “cuestiones concretas”. En los últimos días se lo vio recorriendo plaza Cortázar, en charla con los puesteros, y transitando varias bicisendas. Allí, justamente, radica su interés: en la revalorización del tejido urbano. Por eso, afirma que quiere trabajar por la integración del subterráneo con el ferrocarril.
“Queremos que ECO presente una propuesta plural y coherente, con trayectorias reconocidas en la Ciudad. Nuestra obligación es trabajar para una Buenos Aires equitativa, justa, segura y de calidad urbana. Nuestra misión es defender los derechos de los porteños a una ciudad con un transporte público de calidad, espacios públicos, instituciones y servicios de calidad. Trabajamos por instituciones y partidos políticos al servicio de lo público, sin utilización de espacios colectivos para causas particulares”, prioriza Borthagaray en sus propuestas.
Al cierre de esta edición, los postulantes de ECO debatieron sus propuestas en el clásico de TN A dos voces, con una estrategia común: evitaron roces entre ellos y apuntaron sus discursos contra la gestión macrista.