En el salón amarillo de La Rural, el jefe de Gobierno Mauricio Macri encabezó este miércoles por la noche una cena con la que buscó sumar fondos y apoyos para su aventura presidencial. Y mal no le salió. Si bien, salvo algunas excepciones, la mayoría de los principales empresarios del país optaron por enviar a sus gerentes o encargados de relaciones públicas, los números que dejó la noche fueron contundentes: asistieron 2.000 personas, que aportaron alrededor de 100 millones de pesos.
Cada mesa, en la que se sirvió una burrata con jamón crudo a modo de entrada; cordero con papines como plato principal y un potente mousse de chocolate de postre, se vendió a 500 mil pesos y disponía de diez asientos. Por lo que la tarjeta era de 50 mil.
Entre los presentes se destacaron: Alicia Blanco Villegas, madre de Mauricio; Nicolás Caputo, empresario de la construcción y alter ego del jefe de Gobierno; el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba; Jorge Brito (h), del Banco Macro; José Pardo, del Banco Mariva; una delegación de 40 empresarios chinos, acercados por el precandidato a legislador porteño Federico Yuan; Adelmo Gabbi, titular de la Bolsa de Comercio; Gustavo Weiss, presidente de la Cámara de la Construcción; Miguel Blanco, titular de la prepaga Swiss Medical; Sebastián Bagó, de Laboratorios Bagó; Alberto Álvarez Saavedra, de Laboratorios Gador; el empresario textil Federico Álvarez Castillo; Jorge Bledel, director del Banco Francés; y representantes de Techint, McCain, LAN e IRSA.
Del macrismo no faltó nadie. E incluso, varios de sus dirigentes oficiaron de animadores en las 240 mesas que de dispusieron para el encuentro. Entre otros, estuvieron el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta; los senadores Diego Santilli y Gabriela Michetti; el vicepresidente 1º de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo; el ministro de Ambiente y Espacio Público, Edgardo Cenzón; el ministro de Cultura Hernán Lombardi; el presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio y el titular del partido, quien antecedió al alcalde porteño en el uso de la palabra, Humberto Schiavoni, sólo por citar a algunos de los presentes.
Durante su discurso, Macri apeló a la emotividad, citando experiencias vividas durante sus recorridas a lo largo y ancho del país. Lo que generó cierta decepción en algunos de los representantes del mundo de los negocios, que quizá esperaban mayores definiciones en relación a su programa económico.
“Más allá de todas las riquezas naturales, la Argentina tiene gente, y el cambio depende de nosotros, tenemos todo para ir para adelante, hagámoslo, hagámoslo”, expresó el líder del PRO, que posteriormente -casi como un novio en una boda- recorrió mesa por mesa.
Al finalizar la noche, cada uno de los asistentes se retiró con un particular souvenir: una suerte de maceta con el logo partidario, donde se leía la palabra “cambio”, tierra y semillas. No fue casual. En eslogan de la noche fue: “El cambio crece acá”.