La desaparición de Santiago Maldonado se transformó en un hecho político. Tanto el gobierno nacional de Mauricio Macri como todos los sectores de la oposición dieron a conocer su opinión al respecto. De esa manera, la política se metió de lleno en el caso.
Tanto es así, que el fiscal general de Esquel (Chubut), Carlos Díaz Mayer, reveló que “hay mucho entorpecimiento de la política en la investigación”.
Y explicó que eso ocurre porque cuando la política se mezcla con una investigación “lo único que hace es entorpecer” su esclarecimiento.
El Juzgado Federal de Esquel confirmó ayer que el perfil genético del herido en un presunto ataque cometido el 21 de julio a un puestero de una estancia del grupo Benetton en Chubut no corresponde al de Maldonado, y en ese sentido el fiscal sostuvo que por ahora “se truncó” una de las líneas investigativas pero que “se sigue trabajando sobre otras hipótesis”.
Según el fiscal, la búsqueda de Santiago Maldonado tiene un contexto particular en la localidad chubutense de Esquel. En ese marco, Díaz Mayer dijo que ladesapar4ición se relaciona con la llegada “en 2015” a “un predio” en cercanías a la zona urbana de un grupo reconocido dentro de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM). “Desde allí, se produjeron una serie de hechos”.
El fiscal sostuvo que la situación de Maldonado, en un principio, “nos servía para determinar un posible autor” del corte de la ruta 40, ocurrido antes de que reprima Gendarmería Nacional intentando despejar la zona.
Tras señalar que “una de las líneas que se truncó” con el informe de ADN de la camiseta de un puestero de Benetton que descartó que sea del joven desaparecido, se mostró “optimista” sobre resolución de la causa.
“Acá el terreno (para la búsqueda) no ayudó. Es una zona de mucha montaña, con lugares donde no se ve a más de cinco metros y eso complica las tareas de campo”, sentenció Díaz Mayer.