La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, le pidió al presidente Mauricio Macri “claridad” en su política de ajuste como condición para “evaluar” el préstamo con el que la Argentina pretende frenar la pendiente de la economía. “Reformas serias” y una política monetaria “transparentes” fueron las demandas que hizo públicas en uno de los diarios estadounidenses más influyentes.
“Si el Presidente incluye reformas serias en su plan, entonces lo veremos, evaluaremos el impacto en la situación macroeconómica de la Argentina, determinaremos la sostenibilidad de la deuda y trabajaremos con ellos”, declaró Lagarde.
Además, dijo que teme que el aumento de la tensión en la guerra comercial que protagonizan Estados Unidos y China pueda afectar a la Argentina y a Turquía, a través de un “shock adicional”, que golpee más fuerte a mercados emergentes y que se extienda al mundo en desarrollo.
La afirmación fue hecha al diario Financial Times en momentos en que la administración macrista se encuentra en plenas negociaciones con el FMI y deja entrever que el organismo no quedó conforme con los detalles del pedido formal hecho por el ministro de Economía argentino, Nicolás Dujovne, la semana pasada en Washington.
Además, Lagarde no solo se refirió a la falta de claridad en el detalles de los ajustes que el gobierno de Cambiemos está dispuesto a hacer para recibir el crédito stand by que le ofrece el FMI, sino que también puso condiciones a la política cambiaria del macrismo.
Aseguró que en la política monetaria argentina esperaba “claridad, transparencia, información adecuada y debida para los operadores del mercado”, así como también “una mejor comunicación” sobre el rumbo de la política económica y de la financiera.
Días atrás, cuando el presidente Macri anunció que le pediría “adelantar” a 2019 “los desembolsos” previstos para 2021, los voceros del Fondo salieron a decir que la intención del organismo era “concluir tan rápido como sea posible” con el nuevo acuerdo. Esto no fue así.
Lo único cierto es que el FMI aprobó en junio un acuerdo stand-by con la Argentina a tres años por 50 mil millones de dólares, del cual ya recibió 15 mil millones, que prácticamente fueron devorados durante la corrida cambiaria que comenzó en abril y que volvió a tomar impulso en las últimas semanas.