Sin lugar a dudas, la interna del Frente para la Victoria es un verdadero reguero de pólvora que no para de dar sorpresas. Cerca de las 20, en el sciolismo porteño daban por hecho que gracias a la vocación de su propio jefe político, el gobernador bonaerense y precandidato presidencial Daniel Scioli, participarían de las PASO del kirchnerismo con lista propia en todas las categorías en juego: jefe de Gobierno, legisladores porteños y comuneros. Confirmándose así el anticipo de Noticias Urbanas.
Los nombres ya estaban definidos. El presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, estamparía su firma como precandidato a jefe de Gobierno ante el Tribunal de Justicia de la Ciudad y la ex defensora del Pueblo de la Ciudad Alicia Pierini como precandidata a primera legisladora porteña. La secundarían el director de ABSA, Ricardo Morato y la ex diputada Silvia La Ruffa. Incluso, este jueves, Marangoni celebró de la mano de la primera dama bonaerense, Karina Rabolini, la recolección de los avales necesarios para sustentar su postulación.
Sin embargo, los encargados de la estrategia oficial, encabezados por Carlos Tomada y los chicos de La Cámpora, contraatacaron con un llamado proveniente del mismo lugar del que habían dado luz verde para la jugada soñada, Balcarce 50 que terminó destruyendo las aspiraciones idílicas del sciolismo capitalino. Le impidieron a Daniel Scioli jugar su propio partido en el territorio de su rival directo de cara a las presidenciales de octubre, Mauricio Macri.
Las casualidades parece que no existen y esta es la segunda vez que el gobernador Daniel Scioli y la ex secretaria de Derechos Humanos, Alicia Pierini, ven frustrados su intención de competir en la Capital, tal como pasó en el año 2003. Mismos nombres, misma frustración para ese espacio.