El último Tedeum

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En su último 25 de Mayo como mandataria, la jefa de Estado escuchó la ceremonia religiosa del arzobispo Agustín Radrizzani. El prelado pidió trabajo, solidaridad y que "no haya peleas".


Cristina Kirchner participó de la ceremonia religiosa en conmemoración del 205° aniversario de la Revolución de Mayo en la Basílica de Luján. Días atrás, la Presidente explicó que decidió trasladar el acto hasta ese lugar por dos motivos: su devoción por la Virgen de Luján y su deseo de recorrer las obras de restauración que habían sido ordenadas por su difunto esposo Néstor Kirchner.

En su discurso, el arzobispo de la Arquidiócesis de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, agradeció las reparaciones y expresó la “esperanza de la Argentina que quiere abrirse a un futuro luminoso”.

Radrizzani citó las palabras de un discurso del entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, del 19 de marzo de 2003 y pidió: “Caminemos juntos, cuidémonos los unos a los otros, cuídense entre ustedes. No se hagan daño. Cuiden a los niños y a los ancianos. Que no haya odio. Que no haya peleas. Dejen de lado la envidia. No le saquen el cuero a nadie. Dialoguen”.

Unos minutos antes, el arzobispo de Luján pidió también “cultivar una auténtica convivencia, mayor solidaridad, mayor justicia social y decidida participación de todos en los proyectos comunes”, además de “promover iniciativas más amplias a favor de todos, especialmente los más pobres y desprotegidos”.

Las cuatro confesiones religiosas estuvieron presentes a través de sus representantes: MonseñorKissag Mouradian; Arzobispo de la iglesia Apostólica Armenia, Sheij Abdelnaby Elhefnawy, del Centro Islámico de la República Argentina, Pastor Flores de la Iglesia Evangélica y Bettina Manasowicz por el judaísmo. Todos ellos tuvieron oportunidad de decir unas palabras desde el púlpito.

A la izquierda de la nave central de la Basílica se sentó Cristina Kirchner, mientras que a su derecha lo hizo Daniel Scioli, en su rol de gobernador de la provincia de Buenos Aires. De todos modos, la transmisión de las cámaras de Casa Rosada fue cuidada: cada vez que era enfocada la jefa de Estado, detrás suyo aparecían los candidatos Florencio Randazzo y Julián Domínguez.

En las primeras filas estuvieron sentados el vicepresidente Amado Boudou, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y los ministros Axel Kicillof (Economía), Héctor Timerman (Relaciones Exteriores), Débora Giorgi (Industria) y Julio de Vido (Planificación Federal), entre otros.

Unos minutos después de la ceremonia, Cristina Kirchner recibió el saludo protocolar del cuerpo diplomático y representaciones extranjeras por la fecha patria. Por la tarde, la jefa de Estado se trasladará a la Plaza de Mayo. Como lo ha hecho otros años, se dejará ver cerca del escenario principal en donde actuarán diversas bandas musicales. Cuando la noche le gane a la tarde está previsto que dé un discurso que probablemente será transmitido a todo el país por cadena nacional.

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