“Una golondrina no hace verano, pero mil boludos tampoco”. La fuerte frase la pronunció esta mañana la diputada nacional Elisa Carrió al recordar un diálogo que mantuvo con el gobernador de Corrientes, el radical Ricardo Colombi, quien se quejaba porque los precandidatos presidenciales no recorren el país.
Recargada, la legisladora lanzó agrias críticas contra todos y no se salvó nadie, ni siquiera sus aliados en el Frente Amplio UNEN , como así tampoco los medios de comunicación: “En UNEN hay imbecilidad”.
En diálogo con radio Mitre, Carrió advirtió sobre las elecciones del año que viene: “Si la sociedad quiere que estos vayan presos, que me voten a mí y sino, a los otros”. “A los 60 años me tengo que ir, porque sino el cartel de Sinaloa me va a matar”, aseguró.
La precandidata presidencial reconoció que para el año que viene quiere “la alianza con el PRO para ganar, no para perder o para ser segundo, como quiere el radicalismo” y abogó porque se consolide “una acuerdo con el arco no peronista lo más amplio posible”.
De todos modos, aclaró que al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, lo denunció “por el juego, por Nicolás Caputo y por los adoquines; y si tiene que ir preso, irá”.
Este martes, después de dos semanas de vacaciones en Estados Unidos, Carrió retomó la campaña con una postal que volvió a poner en escena el debate sobre la amplitud de las alianzas del Frente Amplio UNEN: invitó a la senadora Gabriela Michetti (PRO) a participar de un ciclo de charlas en el Instituto Hannah Arendt. En ese marco -de cordialidad y complicidad-, arremetió contra los radicales que se sacan fotos con Sergio Massa .