De primera mano, la propuesta tiene todas las de ganar, todos los condimentos de un planteo digno del primer mundo, de lo mejor del primer mundo: revalorización del espacio público, mediante una clara puesta en valor del paisaje urbano y la ya famosa refuncionalización integral, que va de lo cultural a lo económico. Se trata de los concursos nacionales que en enero se lanzaron para el desarrollo de planes maestros destinados a las explayas ferroviarias de Caballito, Palermo y Liniers, en el marco del Programa Crédito Argentino (Pro.Cre.Ar.). Liniers ya cuenta con un ganador, tras la presentación de 13 propuestas. Por estos días, se encuentra reunido el jurado por el concurso de la playa ferroviaria de Palermo. La semana que viene, se estima, se realizará la apertura de sobres con el correspondiente resultado, luego de una competencia entre 25 trabajos. Y para los primeros días de mayo, se conocerá al elegido por los terrenos de Caballito. De ese modo, una vez finalizados los tres procesos, se llevará a cabo la entrega de premios, en un acto conjunto, a aquellos que hayan logrado conjugar, justamente de la mano del concepto de refuncionalización, no solo la revalorización del espacio público y el reverdecimiento del paisaje urbano, sino también las condiciones para optimizar la conectividad y el transporte porteño, haciendo de esta una experiencia posible de replicar al interior del país. De lo que se trata, sin más, es de darles un giro completo a esos terrenos ociosos, otrora vitales de trabajo y movimiento, hoy completos de basura y desidia.
Esta iniciativa es promovida, a partir de lo dispuesto por un decreto presidencial, por la Anses, con la organización de la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y con el auspicio de la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (Fadea). A su vez, está enmarcada en lo dispuesto en el artículo 9 del Plan Urbano Ambiental: “Promover la integración de nuevos parques urbanos dentro de los usos que se definan para estas tierras fiscales desafectadas de usos anteriores”.
Una vez consensuados los planos maestros para el desarrollo urbano de los tres predios, se conformará una sociedad anónima desde donde se pondrán en venta los terrenos privados para la construcción de viviendas. Se construirá en un 35 por ciento del total de los terrenos y se liberarán al uso público el 65 por ciento restante. Los recursos que de la venta de tierras se generen serán destinados a la construcción del soterramiento del ferrocarril Sarmiento. Entienden los especialistas que tanto los desarrollos urbanos de las playas ferroviarias como la factibilidad económica de soterrar el recorrido del tren que circula de Once a Moreno hacen de esta operatoria la iniciativa más relevante desde la construcción de Puerto Madero, considerada a través del punto de vista arquitectónico y por los recursos que moviliza. Los proyectos ganadores deberán, además, concebir y desarrollar una forma de arquitectura sustentable. “La adición de espacio verde será un gran aporte para la Ciudad, y el Ejecutivo va a ayudar a cualquier planteo que mejore la calidad de vida de sus habitantes”, declaró el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain.
“El desafío para los proyectos de Caballito será gestar espacios públicos de alta calidad”, menciona el arquitecto Daniel Silberfaden, asesor nombrado por la Sociedad Central de Arquitectos. La superficie total edificable en este terreno será de 155 mil metros cuadrados. Estamos hablando, claro, de unos de los últimos terrenos vacantes de la Ciudad, grandes pulmones verdes, muy valorados por el porteño que, por lo general, no conocen mucho de verde. La falta de espacios de ese tipo es lo que, precisamente, viene preocupando a las distintas gestiones de la Ciudad de Buenos Aires. Y, por supuesto, a los habitantes del distrito. En ese sentido, la playa de Caballito cobra relevancia, ya que se trata del eje del denominado Corredor Verde del Oeste.
Los terrenos de Liniers, por su parte, tienen edificios muy importantes desde la perspectiva histórica, por lo que deberán contemplarse sus características para pensar el modo de readecuarlos al nuevo esquema, de una superficie total edificable que llega a los 175 metros cuadrados.
Por último, el sector de la intervención que corresponde a las explayas ferroviarias de Palermo linda con dos sitios que no figuran en el concurso: el edificio emplazado entre avenida Santa Fe y Paraguay, ya concesionado a un emprendimiento comercial, y el Polo Científico y Tecnológico ubicado entre las calles Paraguay y Soler. Esta parte dispone de 99 mil metros cuadrados edificables.
El papel de la Sociedad Central de Arquitectos
Como institución protagonista de los grandes temas de arquitectura y urbanismo, la Sociedad Central de Arquitectos fue convocada por el Gobierno nacional para participar de la puesta en marcha del plan Pro.Cre.Ar, organizando tres concursos nacionales de Plan Maestro, destinados a las explayas ferroviarias de Caballito, Palermo y Liniers. Se trata de la puesta en marcha de
un proyecto integral de alto impacto para muchos porteños, que cambiará la fisonomía y la dinámica de amplias zonas de la Ciudad.
Las decisiones en cuanto a la urbanización de estas tres áreas –que constituyen una de las últimas reservas de tierras públicas que quedan en la Ciudad de Buenos Aires– fueron consensuadas en una comisión integrada por los ministerios de Planificación Federal, Economía, e Interior y Transporte de la Nación; la Anses; la Agencia de Administración de Bienes del Estado (ex-Onabe); el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y la SCA.
Estos concursos abren la posibilidad de lograr nuevos y mejores espacios verdes y viviendas en esas tres áreas, así como la consolidación de proyectos como el Corredor Verde del Oeste, la puesta en valor de edificios patrimoniales de Liniers y el Polo Científico de Palermo, entre otros, como ya se expuso.
El presidente de la SCA, Enrique García Espil, consideró que la convocatoria representa una enorme responsabilidad social para la institución, entendiendo el imperativo moral que implica organizar estos concursos. “Es toda una oportunidad para nuestros colegas interesados en participar, y es casi una obviedad decir que este tipo de medidas enriquecen la arquitectura, ya que los arquitectos debatimos a través de los proyectos”, explicó. “Pero lo más importante –continuó– es que los concursos, luego, se transforman en viviendas y en espacios públicos que mejoran la vida de las personas. Por lo tanto, la principal beneficiaria es la sociedad”.
“La meta es recomponer el tejido social” *
Lo importante de poder recuperar estos bienes del Estado, estas playas ferroviarias que se encontraban inutilizadas, que generaron ciudades en su momento, es que se apunta a recomponer el tejido social. Es importante destacar que estas playas no generarán solo beneficios directos como ganancias económicas, sino también indirectos: cuando se desarrolle el plan maestro en cada una de estas zonas, el 65 por ciento de estos terrenos serán destinados a la utilidad pública de la Ciudad (nuevos espacios verdes, también orientados a mejorar la circulación, el esparcimiento).
Se calcula que en las tres playas van a generarse 15 mil viviendas nuevas y todo lo que trae aparejado ese movimiento: centros educativos, supermercados, comercios de todo tipo. Este cambio, sin duda, representará una modificación de la envergadura de Puerto Madero.
En el caso de los terrenos de Liniers, el plan maestro generará una conexión del norte con el sur. No se trata de grandes dimensiones pero sí de una connotación urbanística muy relevante. En cuanto a sus edificios, como los de los talleres ferroviarios, serán mantenidos y reutilizados. Hemos mandado agrimensores para sacar las molduras de esas construcciones, para que no sean afectadas en su originalidad.
* Martín Reibel Maier, vicepresidente de la Agencia de Administración de Bienes del Estado y de Pro.Cre.Ar