El macrismo no cesa en su intención de poner en marcha obras públicas. Con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2018, el jefe de Gobierno solicitó (en el paquete de leyes a aprobar antes de fin de año) la autorización a la Legislatura para demoler el Velódromo con un doble fin: dar por finalizado su uso a raíz de las “malas condiciones” y destinarlo a “diversos fines públicos”.
“El Velódromo y las estructuras que lo componen se encuentran desde hace varios años en situación irregular, debido a su ocupación por diversas instituciones, constantes intrusiones y la radicación de asentamientos ilegítimos”, indicó el jefe de gobierno, reza el proyecto que envió a los diputados para avanzar en el desmantelamiento de la pista de ciclismo inaugurada en 1951 y que cuenta con nomenclatura de protección histórica (APH).
El pedido postula dejar sin efecto la protección histórica que tiene la construcción, para luego avanzar sobre la demolición.
Ssituado en Figueroa Alcorta y Belisario Roldán en una estructura de 4,5 hectáreas, el macrismo pretende montar, después de demolida la estructura de las tribunas, las oficinas del comité organizador de los Juegos Olímpicos de la Juventud, que en 2018 se realizarán en Buenos Aires.
“Es la única forma de avanzar porque estamos en una especie de trampa. Con la catalogación que tiene el predio no podemos hacer nada, además de la inseguridad que representa la estructura”, indicó el subsecretario de Deportes porteño, Francisco Irarrázaval en diálogo con La Nación.
De acuerdo con dictamen de la Guardia de Auxilio la edificación “presenta distintos tipos de deterioro provocados por la degradación de materiales, debido al transcurso del tiempo”. Entre las fallas se presentan grietas y fisuras, y dos árboles frondosos crecen sin obstáculos en el medio del circuito. Desde hace 15 años no se usa.
“Lo que queremos es demoler las tribunas. Hay una parte del peralte que se va a fortalecer, pero no para ser usado como pista de competencia de bicicletas. Y después ver qué hacemos con el óvalo”, agregó el funcionario. La idea es que, además de las oficinas del comité organizador de los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018, pueda haber allí una pista de rollers y skates.
El anteproyecto de Deportes también incluye un sendero de siete metros de ancho para circular en bicicleta, por lo menos dos estaciones aeróbicas, cuatro canchas de fútbol cinco y un bicicletero para dejar las bicis durante días, como el que existe en el circuito KDT. Hoy, el lugar es utilizado por la comisaría 23a., situada en Santa Fe y Gurruchaga, como depósito de autos judicializados, mientras que la empresa Mantelectric -que se dedica a obras en espacios públicos como, por ejemplo, la iluminación- tiene allí una base de operaciones.
En 2004 la gestión de Aníbal Ibarra proyectó demolerlo y convertirlo en un nuevo espacio público. Por aquel entonces se requería entonces una inversión de 17 millones de pesos que iban a ser aportados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La idea era transformar estructuras de hormigón en terrazas jardín que harían las veces de paseo y de lugares de observación del paisaje; estarían unidas por una pasarela con una glorieta que las vincularía, similar a las que hay en el Rosedal, de Palermo.
El Velódromo fue inaugurado por el presidente Juan Domingo Perón en 1951, para los Juegos Panamericanos de ese año. Luego fue entregado en custodia al Club Ciclista Nacional. En 1955, el gobierno militarse lo cedió a la municipalidad porteña.
En 1979, el predio estuvo a punto de ser entregado en concesión a la Unión Argentina de Rugby (UAR), pero las quejas de la Federación Ciclista Argentina lo impidieron. En 1998 fue el último espectáculo: el de grupo De La Guarda interpretó Doma .