El valor de la divisa china se hundió respecto al dólar, lo que alimenta las especulaciones de una medida premeditada por Pekín para favorecer sus exportaciones en plena guerra comercial con Estados Unidos.
Este umbral simbólico de siete yuanes por un dólar no se había alcanzado desde hacía nueve años. El diferencial se sitúa en niveles tan dispares solo cuatro días después de las últimas amenazas de sanciones estadounidenses contra productos chinos.
El valor del yuan en el mercado offshore (paralelo) era de 7,0282 por un dólar, tras haber disminuido un 1,26% respecto al viernes pasado. Esto representa su nivel más bajo desde 2010.
Como consecuencia, las principales monedas en América Latina caían este lunes en sintonía con la mayoría de las divisas emergentes y las bolsas en todo el mundo.
El peso mexicano caía un 1,38% hasta cotizarse en 19,57 unidades por dólar, mientras que el real brasileño retrocedía un 1,34% y se ubicaba en 3,94 unidades por dólar.
Menos afectado, el peso uruguayo experimentaba una baja del 0,76% y se ubicaba en 34,59 por dólar.
También las bolsas de estos países sufrían el peso de la escalada entre Beijing y Washington, que ha aumentado la incertidumbre con respecto al futuro de la economía global.
El índice IPSA de Chile lideraba con una baja del 2,42%, seguido por el Bovespa brasileño (-2,06%), el IPC mexicano (-1,35%) y el Merval argentino (-0,81%).
Las bajas en América Latina había sido precedidas por las experimentada en las bolsas asiáticas y europeas, y luego también en Wall Street, donde el Dow Jones caía un 2,18% y el Nasdaq un 2,86%.
El mundo reaccionaba así a la decisión del Banco Popular de China de abandonar este lunes el valor de referencia para el yuan anclado en las 6,9 unidades por dólar, que se mantenía desde diciembre. De esta manera la moneda llegó a cotizarse en 7,044 unidades por dólar, su nivel más bajo desde 2008.