El número de camas de terapia intensiva en el sistema de salud público y su nivel de ocupación están entre los datos claves para seguir la evolución de la pandemia de coronavirus. En la Ciudad de Buenos Aires, el Ejecutivo sostiene que dispone de 400 camas y que sumará entre 40 y 50 más. Y afirma que hay 280 ocupadas. Sin embargo, un relevamiento realizado por la Asamblea de Residentes y Concurrentes advierte que el número total es falso y que, por lo tanto, el porcentaje de ocupación real es mayor que el que se admite.
Según consignó el periódico cooperativo Tiempo Argentino, los médicos y profesionales de la salud organizados en la Asamblea de Residentes y Concurrentes de la Ciudad elaboraron un informe basado en un relevamiento propio sobre todos los hospitales públicos porteños del que se desprende la existencia de un número muy inferior de camas en Unidades de Terapia Intensiva (UTI) en relación a los que difunde la gestión de Larreta. Según ese relevamiento, el total de camas UTI destinadas a la atención por Covid 19 llega a 275. Es decir, el 70% de lo anunciado por el Gobierno de la Ciudad. En tanto, según declaraciones del propio ministro de salud porteño, Fernán Quiros, los pacientes internados por Covid19 en el sistema público ya alcanzan los 280 casos.
Rocío Rodríguez, profesional del Hospital Ferrer y una de las referentes de la Asamblea de Residentes, dijo a Tiempo Argentino que “no es cierto lo que dice el Gobierno” y detalló que “son 17 los hospitales que reciben pacientes Covid19 sobre un total de 34”. Para Rodríguez, “hay 275 camas. El gobierno cuenta los internados en guardia o en shock room pero no son lo mismo que una UTI que también tienen otros equipamientos como bombas de infusión continúa para medicación que son fundamentales en las UTI”.
Además, la profesional advirtió que “en los shock room hay emergentólogos. No es la misma cantidad ni calidad de profesionales. Lo que termina ocurriendo es que se sobrecarga al personal de internación que tiene que bajar a ese sector permanentemente a atender a pacientes con cuidados intensivos en un lugar que no corresponde que estén”.
Rodríguez agregó que “viendo hospital por hospital vimos que no cuentan camas reales sino respiradores. Son un insumo muy necesario pero mucho más necesario es el recurso humano para cuidados intensivos que es con lo que no cuentan”.
La situación de las terapias intensivas en el sistema de salud privado porteño también es materia de discusión. La información en este punto es incierta, porque no hay un relevamiento oficial claro. Pero en los últimos días el dueño de Swiss Medical, Claudio Belocopitt, aseguró que “la realidad del sistema de salud no es la que se informa” y advirtió que el sistema privado en Ciudad de Buenos Aires está al 90%. El ministro de Salud negó ese porcentaje. Afirmó que el sector privado está “cerca del 70% de promedio de ocupación” y admitió que “en los últimos días ha tenido un aumento”.
Distintas voces vienen advirtiendo sobre la inminente saturación del sistema de salud en el distrito. “Siguen llegando informes de que estamos mucho más cerca de la saturación del sistema de salud de lo que dice el gobierno. En muchos hospitales la falta de camas ya es una realidad”, escribió en su cuenta de Twitter el legislador porteño Gabriel Solano. Por su parte, el ex presidente del Hospital Garraham Carlos Kambourian difundió días atrás que el Hospital Argerich ya registraba una ocupación del 100%, mientras que el director del Santojanni, Federico Charabora, dijo a Clarín a fines de la semana pasada que “el martes ya no pudimos recibir a pacientes que venían complicados” porque “iban a necesitar respiradores y nosotros no se los podíamos ofrecer”.
Pese a estos testimonios, el vicefeje Diego Santilli volvió a sostener esta mañana –en declaraciones radiales a Futurock– que “la ocupación de camas está entre el 60 y el 70 por ciento. En el sector público vamos a agregar 50 camas y bajar un 10 por ciento la ocupación”. Y aseguró que “cuando queden 30 días (para la saturación) de camas en terapia tenemos que volver de fase” en relación a una marcha atrás en la cuarentena.