A pesar de que el Gobierno nacional, provincial y porteño mantienen un diálogo fluido para coordinar las distintas fases de la cuarentena en el área metropolitina, la zona más peligrosa para el contagio de coronavirus, el aislamiento social obligatorio y preventivo tiene distintas particularidades entre el territorio de Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof.
Y ante la noticia de que la Ciudad flexibilizará algunos rubros en su cuarentena, algunos intendentes bonaerenses del PJ criticaron con dureza al Gobierno de la Ciudad por dicha medida, argumentando que eso desembocaría en nuevos contagios.
Por su parte, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, integrante de La Cámpora, fue la primera jefa comunal en criticar a Larreta al apuntar que fue “un acto de irresponsabilidad” el habilitar comercios que no son esenciales.
“Debemos repensar nuestra vida, darnos un tiempo y vivir con lo que necesitamos para poder resguardar a toda la población y principalmente, a nuestros adultos mayores”, agregó.
También Juan José Mussi, de Berazategui, expuso que “si las cosas siguen así” habrrá que cerrar los accesos a la Capital para evitar que la curva de contagios se dispare: “Todos los intendentes estamos de acuerdo con que el jefe de Gobierno de la Ciudad no abra los comercios. Tendríamos que cerrar los puentes si eso pasa”.
En sintonía, Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría, se adhirió a las críticas:
“La Ciudad tiene que rectificar las medidas. Cuando la Ciudad flexibiliza nos impacta negativamente, y lo vamos a ver en una semana o diez días, los casos van a subir”.
Florencio Varela, Andrés Watson, dijo incluso que en la Ciudad “no están pensando en la magnitud de los contagios”. Mas el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, apuntó que “uno tiene la sensación de que si toma una decisión errada y anticipada puede tener consecuencias graves, y se ve eso en algunas zonas de Capital Federal, donde, a lo mejor, al abrir apresuradamente algunas actividades, el contagio ha subido”.
En esa línea, el jefe comunal aseguró que “si los casos se disparan en la Ciudad, eso obviamente puede repercutir en Provincia, con un impacto fuerte y rápido, como pasaría también a la inversa, así que estamos todos mirando esa situación”.
Mientras tanto, el entorno de Larreta aseguran que los intendentes peronistas “buscan erosionar” la buena sintonía que posee con Alberto Fernández y que “abren el paraguas” ante una eventual suma de infectados por el virus.