“Sí, soy supercarriotista”, admite Paula Oliveto Lago, abogada y auditora general de la Ciudad en nombre de la Coalición Cívica. “Yo era consultora senior de la UBA; nos conocimos con Lilita cuando investigaba la muerte del empresario pesquero Cacho Espinosa”, cuenta esta funcionaria de extrema confianza de la explosiva dirigente chaqueña. De este encuentro inicial hace ya una década. La investigación, a la que Oliveto Lago se refiere, tuvo que ver con negociados con la pesca que, según Carrió, el kirchnerismo tenía en la Patagonia.
Hoy, Oliveto Lago es una de las autoridades de la Auditoría General de la Ciudad, un órgano de control que ejerce su competencia sobre el sector público centralizado y descentralizado, cualquiera fuera su modalidad de organización, sobre las empresas, sociedades o entes en los que el Estado porteño tenga participación.
“El tema es que, si bien la Auditoría realiza una excelente labor, siempre trabaja después de que las cosas sucedieron. No tiene capacidad de investigar ni mucho menos de allanar. En la Ciudad falta una Fiscalía de Investigaciones Administrativas y, más aún, una Oficina Anticorrupción”, apunta Oliveto Lago.
La auditora es, además, vicepresidenta de la Coalición Cívica-ARI en la Ciudad, aunque su perfil es muy bajo. Un bajo perfil buscado: “Es necesario que sea así porque trabajo dando sustento jurídico a las denuncias que hace Lilita”, afirma. Su máxima predilecta es que el control es el límite al poder. Precisamente de eso trabaja Oliveto Lago.
Vive en La Matanza, tiene dos hijos y un hobby disruptivo en su perfil duro: “Me encantan las novelas románticas…¡Las adoro!”.
–¿Y cómo se siente ahora que las denuncias en contra de Lázaro Báez, que venía haciendo Carrió, su jefe política, se han masificado gracias a Lanata y la televisión?
–Se trata de un triunfo de tantos años de investigar, ahí que estamos muy felices. Se decía que Carrió denunciaba sin pruebas o que estaba loca; bueno, ahora que Lanata lo está masificando, la gente está viendo que ni Lilita está loca ni le faltan pruebas. Las pruebas que muestra Lanata son, en gran parte, las que tenía Lilita en 2004, cuando empezaron las denuncias en contra de Lázaro Báez. Y la realidad es que ninguna denuncia de Lilita ante la Justicia careció de documentos respaldatorios. Otro tema es si luego la Justicia es ineficaz o lenta.
–Carrió también denunció a Nicolás Caputo, ¿es el Lázaro Báez de Macri?
–Yo no podría decir eso. Y hay una enorme diferencia entre Báez y Caputo, porque Báez no tenía nada cuando empezó a beneficiarse de la obra pública de Kirchner y, en cambio, Caputo siempre fue un hombre de fortuna. La empresa de Caputo, además, no fue la más beneficiada por la obra pública en la Ciudad. Lo que podemos decir de él es que es el empresario detrás de Macri y que tiene una enorme injerencia en las decisiones del Ejecutivo sin que nadie lo haya elegido.
–¿Qué es lo más problemático del gobierno de Macri desde el punto de vista del control de gestión?
–La obra pública, el transporte, la basura y, últimamente, el tema de las inundaciones.
–¿Hay sobreprecios en la obra pública de Macri?
–Sí. Y además son siempre los mismos los que se quedan con las licitaciones. En verdad, lo que hay es mucha compra directa. Mucho mecanismo de excepción y urgencia. Esto hace que la obra pública sea poco transparente.
–Eso me suena conocido.
–Tal cual, coincide con la metodología del kirchnerismo. Por eso nosotros decimos que el kirchnerismo y el Pro comparten la misma matriz de poder. Ambos son muy parecidos.
Oliveto Lago, cuyo perfil es, ante todo, técnico, explica así la función de la Auditoría y los informes que produce: “Se trata de informar a la población en su conjunto de la labor del sector público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La información que producimos es una herramienta fundamental del control republicano, pero también es una fuente válida de información para aquellos ciudadanos que quieran hacer un control social sobre los planes de gobierno, su implementación y efectividad, ya que es información pública”.
Está entusiasmada con las avanzadas negociaciones entre Pino Solanas y Lilita Carrió en la Ciudad. Embarcados en la construcción de los acuerdos, Carrió será primera candidata a diputada en la Ciudad, mientras que Pino ocupará el primer puesto en la lista de senadores porteños.
–¿Qué expectativas tiene de la alianza con Pino?
–Las más altas. Vamos a disputarle el gobierno a Macri en la Ciudad.
–Antes mencionó al transporte como foco problemático del gobierno de Macri, ¿por qué?
–Disentimos fuertemente con las prioridades del gobierno de Macri. Por ejemplo: yo vivo en La Matanza. Y vivo, ¿eh? No nací, como dicen algunos, y viven en otro lado. Yo vivo allí y feliz de la vida. En mi zona, se ha construido un metrobús, que convive con el Premetro. ¿Me podés explicar cuál es la lógica de gastar en un metrobús en zonas donde hay otros medios de transporte, cuando falta dinero para hospitales o para asistir a las víctimas de las inundaciones?
–Explíquemelo usted.
–La razón está en la mediocridad del gobierno de Macri. Es la misma que lo lleva a no tener una oficina para perseguir la corrupción en la Ciudad.
–Pero eso no es un proyecto político. Y tal vez por eso a Lilita se le licuaron los votos.
–El rol de la oposición es controlar al poder. Además, hemos propuesto muchas cosas, entre ellas la asignación universal a la niñez, que es una de las pocas medidas innovadoras del Gobierno nacional.
La espada de Lilita
• Tiene 40 años.
• Es abogada.
• Es auditora general porteña.
• Vicepresidenta de la CC-ARI Capital.
• Fue directora académica de la Escuela de Gobierno del Instituto Hannah Arendt.
• Fue asesora de la diputada Elisa Carrió y luego de Fernando Sánchez.
• Vive en La Matanza.
• Tiene dos hijos.
• Es coautora de diversas investigaciones con Carrió, Susana García, Fabiana Ríos y Adrián Pérez.