Antonio Cafiero recibió en la noche de este martes, los mejores homenajes que puede recibir un peronista, todos juntos y de una sola vez: un acto en su honor, una serie de oradores (algo excesiva en cantidad) que elevaron su figura hasta la leyenda, la presencia de enfervorizados militantes y un folklórico remate musical, protagonizado por un coro de ángeles del Conurbano entonando la Marcha Peronista.
La presencia de dirigentes abarcó a todas las tendencias internas y externas del peronismo, porque no todos siguen perteneciendo al Movimiento. Inclusive, algunos, como Felipe Solá, Mónica López y Alberto Fernández, sacaron los pies del plato y se marcharon al Frente Renovador, desobedeciendo aquella vieja máxima peronista que recomendaba que “dentro del Movimiento, todo. Fuera del Movimiento, nada”.
Por lo demás, estuvieron los sindicalistas Omar Plaini, Héctor y Rodolfo Daer, Francisco “Barba” Gutiérrez, Omar Viviani y Ricardo Pignanelli. Por el ala política hubo presencia masiva de intendentes bonaerenses, tales como los organizadores de la movida, los “Esmeraldas” Juan Zabaleta, Martín Insaurralde, Eduardo “Bali” Bucca, Mariano Cascallares, Fernando Gray y Gabriel Katopodis y los Fénix Gustavo Menéndez, Verónica Magario, Leonardo Nardini y Ariel Sujarchuk y el neutral Julio Pereyra.
Por el PJ estuvieron su presidente, José Luis Gioja y el vicepresidente primero Daniel Scioli. En representación de los gobernadores se hicieron presentes Gustavo Bordet, Roxana Bertone, Gildo Insfrán y Domingo Peppo. Los amigos y colaboradores de don Antonio que estuvieron visibles en el palco fueron Felipe Solá, Ginés González García y Carlos Campolongo. Juan Manuel Abal Medina (h) subió al escenario en representación de las familias ilustres del peronismo, en tanto que Mario Cafiero representó a los hijos del homenajeado y Santiago Cafiero a sus nietos.
El primero que se dirigió al público fue el antiguo vocero del gobernador bonaerense, Carlos Campolongo, que, al igual que González García, se mostró conmovido hasta las lágrimas ante la evocación del que a los 28 años fue ministro de Economía de Juan Domingo Perón. Lo primero que destacó Campolongo fue el imperativo de Cafiero de “democratizar el peronismo, que llegó, como siempre, para dar protección a la vida y la dignidad de los que trabajan”. Luego, el periodista recordó que “aún con las ráfagas de ignominia y agravios, el peronismo jamás desaparecerá”. Finalmente, con respecto al presente, Campolongo volvió a evocar al General Perón, que “no nos formó ni sectarios ni excluyentes, aunque tampoco tontos”. Regresando al presente, el exvocero aseguró que “este proyecto no es nuestro, porque nosotros jamás incorporamos ni tecnócratas ni Ceos”.
El intendente de Bolívar, Eduardo “Bali” Bucca, uno de los organizadores del acto-homenaje, sucedió a Campolongo en el uso de la palabra. El joven funcionario fue breve. Primero relató que “hay un grupo de intendentes que decidimos trascender nuestra realidad local y asumir el compromiso de transitar la renovación política que necesita nuestro pueblo”. Después de recordar a su padre, que militó en los ’80 en el peronismo renovador que encabezaba Antonio Cafiero, Bucca manifestó que el peronismo se encuentra construyendo “un proyecto grande, que nos contenga a todo y no expulse a nadie”.
A continuación habló en representación de la familia, Santiago Cafiero, uno de los nietos del homenajeado. Después de agradecer “a los que siguen luchando”, el joven se refirió en duros términos a “este Gobierno de hambre y ajuste”. Luego se refirió a su abuelo, que “en 1983 vio peligrar la identidad del peronismo, porque a él no le interesaron los cargos. Para renovar, Cafiero volvió al origen, renovó yendo a buscar de nuevo a Perón”. En cuanto a las desazones que sufrió su abuelo, Santiago Cafiero relató que “la renovación le trajo disgustos, porque no se vendió a ningún poder internacional”. Finalmente, el dirigente, que también milita en el peronismo, advirtió que Cafiero “contrastó con Alfonsín, mientras que ahora tenemos que contrastar con este modelo de hambre”, al que para enfrentarlo se debe profesar el peronismo, lo que excluye “la fe kirchnerista y el colaboracionismo macrista”.
La gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, fue la siguiente oradora. Destacó primero que “el peronismo se trata de escuchar al pueblo, porque el peronismo es revolucionario por naturaleza”. En este sentido, la mandataria expresó que “vinimos, no a pensar en la próxima elección, sino en la felicidad del Pueblo y en la grandeza de la Nación”, porque “éste es un momento difícil”. Finalmente, propuso “sostener en alto los valores que nos legaron para seguir transformando la Patria”.
En su alocución, Gustavo Menéndez, el intendente de Merlo, dijo que el peronismo es el único movimiento en el que “nos damos la mano una sola vez, la primera. Luego siempre nos daremos un abrazo. Luego definió a Cafiero como “un demócrata verdadero. Siendo de Boca, Juampi Cafiero le salió de River y Mario, de San Lorenzo. Como yo soy de Boca, pienso que así no vamos a ningún lado”, entre risas. Luego, el jefe comunal de Merlo relató los avatares de una reunión en su casa, en tiempos de la dictadura, a la que asistió el propio Cafiero. “De repente, alguien llamó a mi madre, como a las dos de la mañana, desde la casa vecina. Luego dos hombres saltaron el cerco y mi madre les abrió la puerta. Así, diversas personas -hombres y mujeres- empezaron a saltar el cerco, viniendo desde todas las casas vecinas. Yo estaba preocupado, porque mi madre había estado secuestrada, pero la gente siguió llegando durante toda la noche y pasaban a un galponcito que teníamos detrás de la casa. Así, llegaron como 100 compañeros. De repente, como a las 7:30 de la mañana, llegaron Cafiero y José María Rosa, el gran historiador. Ellos nos hablaron de que éramos militantes, un término que viene de milicia, por lo que además éramos soldados, pero no de las armas, sino de la idea y después tomamos un rústico mate cocido con pan duro, porque estábamos corriendo la coneja y, después de cantar la Marcha Peronista en voz muy baja, terminamos apaludiendo con los dedos índice y mayor, porque no se podía hacer ruido. Finalmente, la reunión fue un éxito porque nadie cayó preso ese día. Para el final, les cuento que los que fueron ese día a casa eran de todos los sectores que uno de puede imaginar. Había del Comando de Organización, de Guardia de Hierro, de Montoneros y hasta Demetrios. Había algunos que no se podían ni ver, pero allí se respetaba la unidad que se necesitaba para derrotar al enemigo, que era la Dictadura. Por eso, esta historia de amor que ya lleva 70 años, jamás se va a cortar, porque no lo vamos a permitir y porque lo hemos decidido así”.
Un conmovido Ginés González García fue el siguiente orador. “Ésta es una celebración como le gustaba a Antonio -comenzó. Él nos enseñó a debatir. Se debate sin combate, nos decía. La unidad, para Cafiero, era la lucha por la idea. Un día, hace unos años atrás, Raúl Alfonsín me dijo que Antonio nunca fue presidente por haber defendido la democracia. Por eso, se perdió de ser presidente y la Argentina se perdió a un gran presidente”. Como casi todos los oradores, el exministro de Salud de Cafiero se refirió al presente que le toca vivir a la Argentina. “Éste es un momento muy difícil -advirtió-, porque sabíamos que ellos estaban en la vereda de enfente, lo que no sabíamos es ellos que eran incapaces de cruzar la calle. La gente siente por estos días cosas horribles y la peor de todas es que creen que sus hijos van a estar peor que sus padres”. Finalmente, el que también fue el ministro de Salud de Néstor Kirchner reclamó porque “al peronismo le falta encuentro, le falta debate. El principal insumo que tenemos es el futuro, por eso tenemos que sumar, para que los días más felices sigan siendo peronistas”.
Otro intendente, Fernando Gray, de Esteban Echeverría, habló después. Para fortuna del público, fue breve, una virtud que según el jocoso comentario de alguna de las presentes, no forma parte del folklore peronista. Gray comenzó argumentando que “la renovación llega con la militancia”, y que es imprescindible, “porque los intendentes hemos vuelto a ver colas de gente que viene a pedirnos ayuda para parar la olla, algo que hacía años que no veíamos. Realmente, este Gobierno nos ataca, nos pega adonde más nos duele, que es en los más humildes”. Siempre atento a la materia social, Gray se mofó de que “el mejor proyecto de vivienda que ha presentado este Gobierno lo pergeñó Julio Cobos. ¡¡¡Es increíble!!!”, remató, ante la carcajada de los presentes. Finalmente, reclamó que “tenemos que organizarnos”.
El siguiente orador fue Felipe Solá, un hombre en la diáspora. El exgobernador bonaerense comenzó relatando que “la renovación la vivimos como un nuevo amanecer, porque hasta 1983 ganábamos todas las discusiones políticas usando a Perón. Ante cualquier crítica, contestábamos: ah, pero el Pueblo está con nosotros. Como era verdad, allí se acababan las discusiones. Hoy es distinto, ahora al Pueblo hay que ganárselo. De la derrota, el que tiene espíritu saca lo mejor de sí mismo y eso nos ocurrió con Antonio en 1983, cuando él inventó la palabra renovación”. volviendo al presente, Solá declaró que “nos duele el país, porque no vemos un futuro claro. Por eso, hoy hay que reinventarse, hay que volver a aprender la lección. La Argentina cambió, a veces para mal, pero nosotros no podemos volvernos nostálgicos”. En cuanto a las enseñanzas de Antonio Cafiero, en las que hizo hincapié, Solá afirmó que “nos enseñó que se podía discutir con el conductor, que se podía discuir lo que el conductor pensaba. Allí nos malcrió y pensamos que eso era siempre así. ¡¡¡Qué pelotudos!!!” se despachó el diputado del Frente Renovador, que terminó con la apelación de que “no dejemos que solo nuestro Padre Francisco piense desde Roma. Pensemos nostros también”.
Los dos últimos oradores fueron el gobernador chaqueño Domingo Peppo y el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta. Éste desafió al Pro, alegando que “el peronismo pone el pecho, no toca timbre”, a la vez que convocó a “no temerle a la autocrítica”, porque, dijo “el peronismo vuelve a enamorar”. A continuación, advirtió que “con el peronismo no alcanza, pero sin el peronismo no se puede”, para graficar la necesidad de realizar alianzas. Finalmente, adelantó, optimista, que “vamos a recuperar la victoria en 2017 y la Provincia en 2019”.
Mientras el acto terminaba y los ocupantes del palco se bajaban para permitir la proyección de un video que recuperaba una parte de la historia de Antonio Cafiero y de la Renovación Peronista de los ’80, Alberto Fernández y Daniel Scioli charlaban seriamente a un costado, lejos de las cámaras pero no tanto como para no ser detectados por el periodismo.
Será verdad, entonces, lo que expresa Gustavo Menéndez, de que “todos hablan con todos”, aunque los separe su pertenencia a bandos diferentes. La consigna que más se escuchó fue que “renovación es unidad”. Ahora falta que sea puesta en práctica.