El jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta culpó a los barras por los ataques en la Supe.rfinal: “Son la mafia del fútbol argentino”. El jefe de Gobierno porteño explicó que analizarán “a fondo” los incidentes del sábado. Y aclaró que la suspensión fue una decisión de la Conmebol por “equidad deportiva”.
En medio del clima tenso por la reprogramación de la Superfinal de la Copa Libertadores, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, dio una breve conferencia de prensa. El funcionario apuntó contra las barras bravas de River y los responsabilizó por los incidentes del sábado, cuando un grupo de hinchas atacó al micro de Boca y les arrojó una lluvia de piedras. “Son la mafia del fútbol argentino”, sentenció.
Larreta, tras la postergarse la Superfinal de la Libertadores: “Hemos tomado todos los recaudos pero es muy difícil luchar contra la estupidez humana, porque no tiene límites. Pero no hay que generalizar, no es un problema de todos los argentinos: el problema son las barras”
Después de que la Conmebol anunció que reprogramarán el partido, Larreta se refirió a las fallas en la seguridad del sábado. “Ya le pedí al ministro de Seguridad (Martín Ocampo) ir a fondo en investigar las responsabilidades de cada etapa del operativo y ver que se podría haber hecho mejor”, indicó.
En ese sentido, el jefe de Gobierno de la Ciudad sostuvo que el problema de fondo de los incidentes fueron los barras bravas de River. “Esto está relacionado con el allanamiento del viernes, en donde se encontraron 10 millones de pesos y 300 entradas en manos de ellos”, argumentó en referencia a lo que encontraron en la casa del líder de los Borrachos del Tablón, Héctor Caverna Godoy, en San Miguel. “Son mafias que están enquistadas en el fútbol hace más de 50 años”, agregó.
A su vez, aclaró que los operativos de seguridad fueron responsabilidad de la Policía de la Ciudad, con apoyo de las fuerzas federales. Y que la Superfinal se suspendió por decisión de la Conmebol por “equidad deportiva”.
Como conclusión, Larreta se despegó de las reflexiones que tildan a toda la sociedad argentina como violenta. “La estupidez humana no tiene límites. Pero no estoy de acuerdo con generalizar, no creo que sea así. Había más de 60 mil personas que entraron a la cancha sin hacer ningún problema”, insistió.