El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, comenzó este martes la demolición del histórico edificio Elefante Blanco, que se convertirá en la nueva sede del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat a partir de marzo de 2019.
“Esto es transformar el pasado y la desidia; transformar el fracaso en futuro. Transformar una historia de promesas incumplidas en la ciudad que queremos construir”, sostuvo el Jefe de Gobierno, acompañado por el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli; el jefe de Gabinete, Felipe Miguel; la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, Guadalupe Tagliaferri, y el subsecretario de Fortalecimiento Familiar y Comunitario, Maximiliano Corach.
Con la construcción del Ministerio y obras de infraestructura en toda la zona, se impulsará el desarrollo social, económico y comercial de más de 25 mil vecinos de Villa Lugano. Son los primeros pasos para integrar urbanísticamente el barrio a la Ciudad.
Rodríguez Larreta destacó que “acá va a haber un gran espacio verde, muy necesario para el barrio, que además va a estar diseñado en conjunto con los vecinos”, y puso como ejemplo que “donde vemos este Elefante Blanco va a haber chicos jugando a la pelota” y “gente mayor tomando mate, tomando sol”.
La nueva sede ministerial, sustentable e inteligente, tendrá tres pisos y 17.700 metros cuadrados sobre la Avenida Piedrabuena. Dará trabajo a 1.138 personas.
“Del otro lado (del Elefante Blanco), es donde ya se empezó a construir el Ministerio de Desarrollo Humano. Son más de mil personas que vienen a trabajar acá, y eso hace a nuestro plan de ir sacando del centro todo el Gobierno de la Ciudad”, dijo al respecto.
Esta obra también impacta en la higiene y seguridad de los vecinos, dado que el edificio tiene altos niveles de contaminación y peligro de derrumbe.
Asimismo, consideró que “esta es la manera en la que nosotros creemos que hay que trabajar para desarrollar la zona sur”, y agregó: “Estamos convencidos que esto mejora toda la ciudad, porque que mejore un barrio de Buenos Aires, mejora toda la ciudad”.
Por su parte, Tagliaferri calificó al Elefante Blanco como un símbolo de “la desidia, el abandono” y “la falta de respuesta durante 80 años”.
Por eso, indicó que este proyecto significa “cambiar el barrio” y “es traer Estado, es poner luz a algo que antes estaba oculto”.
“Cuando terminemos de demoler va a haber acá un espacio público que hoy estamos trabajando con cada uno de los vecinos para ver cómo lo quiere, qué necesita, cómo lo mejoramos y cómo lo pensamos”, añadió la ministra.
En cuanto a la demolición, se va a hacer primero sobre la estructura de hormigón armado y las mamposterías existentes trabajando piso por piso, al tiempo que se harán obras complementarias para evitar que el proceso afecte a los vecinos de la zona.
El Elefante Blanco fue inicialmente pensado como el hospital más grande de América Latina. Sin embargo, se encontraba abandonado y sin mantenimiento desde mediados del siglo XX.
El proyecto inicial, del ex presidente Juan Domingo Perón, se interrumpió con el golpe militar de 1955 y las obras pararon. Desde entonces, fue ocupado por familias de bajos recursos.
Para 2011, cuando el Gobierno porteño se hizo cargo del edificio, había 90 familias dentro del predio y 180 en las adyacencias, que convivían con altos niveles de contaminación por los residuos y las aguas servidas en el subsuelo.
Desde enero de 2017, las autoridades estudiaron los cimientos del edificio, acompañó a las familias que lo habitaban en su proceso de relocalización y comenzó a realizar obras de infraestructura en tres ejes.
En primer lugar, el eje radial. Se puso en valor la arteria que atraviesa el barrio desde Piedrabuena hasta Eva Perón. Se construyó una red pluvial, una red eléctrica y de fibra óptica, se hicieron calles, cordones, cunetas, y se instalaron luminarias.
En segundo lugar, se trabajó sobre el eje ferroviario. Se mejoró el sector que va desde la prolongación de la calle De La Rosa hasta Hubac. Se colocó una nueva red cloacal, pluvial y de agua, y se realizó el soterramiento de la red eléctrica y de fibra óptica. También se hicieron calles, veredas y áreas de descanso con mobiliario urbano; se pusieron luminarias y se potenció la Plaza Minnie y Mickey, con una nueva área de juegos y arbolado público.
Y por último se trabajó sobre el entorno. Se pusieron en valor los sectores conformados por las calles De La Rosa, Hubac, Cañada de Gómez y Timoteo Gordillo.