La investigación por la desaparición de Santiago Maldonado sigue deparando sorpresas. Luego de la inesperada catarata de confesiones realizadas por los gendarmes que participaron del operativo en que se reprimió a los manifestantes que cortaban la Ruta Nacional 40, donde fue vist6o por última vez Santiago Maldonado, surgieron varias contradicciones.
El operativo tuvo dos jefes y según ellos, los efectivos jamás llegaron a la vera del Río Chubut. Es más, señalaron que lo más cerca que estuvieron del río fue a 40 metros. Es evidente que alguien está mintiendo. Ayer se conoció el testimonio del gendarme Neri Robledo que dice que llegó a la vera del río junto a un grupo de alrededor de 10 gendarmes y que además hirió a un manifestante de un piedrazo.
El otro hecho llamativo es que todos los gendarmes estaban armados, entonces no se entiende el motivo por el cual Robledo arrojó una piedra.
La defensa de la familia Maldonado criticó en duros términos al Gobierno nacional por las declaraciones de los gendarmes. Según, los abogados estas declaraciones son del 16 de agosto y recién se dieron a conocer a comienzos de esta semana.
Los testimonios además suenas contradictorios. Algunos gendarmes dicen haber tirado piedrazos y otros haber disparado.
Un gendarme reconoció que disparó su escopeta anti motín al interior de Cushamen y en dirección a la figura de un manifestante el día del operativo del 1 de agosto. Al momento de disparar una carga de balines de goma, el gendarme se había separado del grupo y estaba en solitario.
El dato apuntala la hipótesis, que impulsa el Gobierno nacional, de que fue un número reducido de agentes los que alcanzaron la zona del río y no los 40 gendarmes que participaron del operativo.
Las declaraciones que ahora comienzan a salir a la luz ponen en entredicho el primer informe que ofreció Gendarmería Nacional al ministerio de Seguridad conducido por Patricia Bullrich en el cual se informaba que en 40 entrevistas no se habían encontrado contradicciones ni elementos que hicieran caer sospechas sobre el cuerpo que intervino el 1 de agosto en Cushamen, último día en que se lo vio a Santiago Maldonado. Esto ha cambiado notoriamente.
Primero se supo que hubo gendarmes que efectivamente llegaron hasta el río. Luego trascendió que otro gendarme arrojó una piedra contra uno de los ocupantes del campo justo antes de atravesarlo, situación que fue corroborada por sus compañeros y, por último, surge el caso de un agente que acepta haber disparado su arma en contra de alguien, lejos del grupo.
“Los testimonios no cuadran, en una fuerza de seguridad que está realizando un operativo, no hay patrullas porque saben que pueden severamente sancionados por sus superiores. Nada se hace sin la orden del jefe del operativo. Cortarse sólo es poco creíble”, le dijo a Noticias Urbanas un comisario retirado.
O mintió el comandante segundo del Escuadrón 36 de Esquel, Juan Pablo Escola, que había señalado que no habían estado cerca del afluente o mienten los gendarmes.
Pero este nuevo relato va de la mano con la hipótesis que va a tratar de instalar el ministerio de Seguridad de la nación a cargo de Patricia Bullrich.
Según supo este medio, la teoría es la siguiente: los gendarmes hirieron a un manifestante que cruzó y que desde la otra orilla fue rescatado y transportado a caballo por los mapuches.
De esta manera, el herido podría ser Maldonado que luego murió y fue enterrado en un lugar desconocido por sus compañeros mapuches. Así, se cae por tierra la teoría de la desaparición forzada que tanto pre4ocupa al Gobierno de Mauricio Mauricio Macri.