El exhermano franciscano Leonardo Boff estuvo el sábado en el Colegio Santa Cruz, en el barrio de San Cristóbal, en donde expuso sobre la encíclica papal Laudato Sí y sobre su autor, el Papa Francisco, ante una numerosa concurrencia.
Ese brasileño afable que es Boff -que abandonó en 1992 el ministerio presbiterial, para no ser suspendido nuevamente “a divinis” por el Papa Juan Pablo II y vive desde entonces en una comunidad ecológica en Petrópolis- expuso sobre la obra de Francisco, destacando en primer lugar el compromiso que asumió el Papa para convertirse “en la expresión de un proyecto para construir una Iglesia humilde, pobre”.
Boff destacó en su alocución que la actitud de Francisco “favorece el diálogo, la difusión de la cultura y la paz”. En este sentido, Boff destacó que est permite “el encuentro de las diferencias, para que en el futuro no se conviertan en desigualdades”.
El segundo punto sobre el que el exreligioso brasileño hizo hincapié fue que la encíclica papal mencionada “no está dirigida a los católicos solamente, sino a toda la Humanidad, en realidad es una llamada a toda la Humanidad. En este punto es necesario decir que no es una encíclica verde, sino que es un planteo integral, que incluye la cultura, los sueños y las utopías para construir un mundo mejor”, acotó Boff.
“Aquí Francisco plantea una ecología cultural y una ecología espiritual, es una mística. El Papa plantea que abrazar al mundo es abrazar a Dios. En una palabra, es un discurso que atañe a todos los aspectos de la vida”, expuso el teólogo brasileño, que fue uno de los primeros impulsores de la Teología de la Liberación, junto con el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez Merino.
Adentrándose en un rudimento de definición del Papa, Boff afirmó, entre sonrisas, que “Francisco sigue el ritual metodológico de la Teología de la Liberación, que sigue los principios de ver y actuar. Nosotros partimos de la realidad, no desde los dogmas. Partimos desde el grito del oprimido, desde el grito de la tierra, que es el grito de los pobres. Por eso, Francisco plantea que debemos ir al encuentro de una nueva forma de habitar el planeta”.
A continuación, Boff planteó dos puntos importantes de su tesis. El primero fue que en Laudato Sí “Francisco se dio cuenta de cuál es el futuro de la Tierra, por eso no se refirió sólo al futuro de la Iglesia. En este punto, sumó lo que puede aportar el cristianismo para salvar a la Tierra, porque si no salvamos la Tierra, ningún proyecto crecerá”.
En este punto, Boff relató que “Francisco se dio cuenta de las graves amenazas que pueden generar el Apocalipsis, en especial la que genera el enorme arsenal de armas químicas y biológicas. A esto hay que sumarle que Estados Unidos posee 800 bases distribuidas por todo el mundo, en las que guarda ojivas nucleares y armas letales de todo tipo”, detalló, alarmado.
Para precisar esta cuestión, Boff adelantó su preocupación porque “ahora quieren poner dos bases en Argentina: una en la Triple Frontera, asentada sobre el Acuífero Guaraní y la otra en la Patagonia, cerca de . Ambas estarán cerca de enormes fuentes de agua, como se puede ver. Las razones de estos asentamientos hay que buscarlas por la amenaza de calentamiento global, que ha provocado sequías en el nordeste de Brasil e inundaciones en el sur de mi país. Además, el calentamiento ha provocado terribles tifones y tsunamis, entre otras catástrofes. Lo que pasa es que la Tierra perdió el equilibrio”.
Luego, el exreligioso relató que “en enero de este año hubo una reunión en París para tratar sl calentamiento global y el acuerdo que se logró allí establece que los países arbitrarán las medidas para que éste no pase de un grado y medio. Éste es un límite imprescindible, ya si el calentamiento ascendiera a dos grados, toda la Humanidad estaría en graves problemas. Para sumar un elemento más en este tema, hace dos años la comunidad científica americana elaboró un informe en el que advirtieron sobre la posibilidad de que se produzca un calentamiento abrupto y, en este caso, ninguna forma de vida puede sobrevivir y millones de personas podrían morir”.
Boff siguió describiendo el recorrido del informe, que “fue enviado a todos los gobiernos, aunque ninguno contestó y esto en una época en que no hay un Arca de Noé posible: nos salvamos todos o morimos todos. Aquí no podría haber grupos que se salven aisladamente”, remató el teólogo.
Por esta razón, detalló el religioso con respecto a Laudato Sí, “es una encíclica escrita en tiempos de urgencia, porque si no hay caminos alternativos, vamos con rumbo hacia algo innominable, de tan terrorífico que es. De todos modos, el Papa es optimista, aunque plantee que es necesario cambiar y, en ese camino plantea propuesta positivas y concretas”.
A partir de caminar esta senda, Boff destacó que “el Papa tiene la valentía de dialogar con la ciencia moderna, a pesar de que hay sectores que le quieren cerrar este camino, para el que -dicen- no está preparado”.
“En este terreno -continuó el intelectual-, la causa es que la razón ha llegado a la irracionalidad. Por esta razón es que el sistema tiene dimensiones suicidas, porque maltrata a la Madre Tierra, que es la casa de todos. Debemos tener en cuenta que la razón analítica -que nació hace sólo seis siglos- ha desplazado a la razón con corazón, que tiene 200 millones de años. Nosotros no somos animales racionales, somos mamíferos, que amamos, cuidamos y queremos. Sólo con la razón no se puede. Por eso, planteamos que debemos cultivar la compasión y el estar en el otro, que es la dimensión del corazón. En esta senda, no basta con pensar a Dios, sino que hay que sentir a Dios”.
“En la línea de escuchar el grito del pobre, de hacerlo nuestro, en la que camina el Papa, éste centra su crítica en el antropocentrismo. Lo que dice es que el hombre debe respetar el hecho de que cada ser tiene un valor en sí mismo. Es necesario recordar que la Tierra existió sin la necesidad de que existiera la raza humana. El hombre vino a la Tierra para darle inteligencia cordial, para cuidar y guardar lo que existe y vive”, reflexionó el actual morador de la comuna ecológica Jardim Araras, en el Estado de Río de Janeiro.
Paralelamente, Boff planteó que la aparición de los filósofos materialistas Isaac Newton, René Descartes y Francis Bacon, que “plantearon que la tierra es un organismo inerte y está al servicio del ser humano. Inclusive, Bacon dijo que hay que torturar a la Tierra para que nos entregue sus secretos”. Así, lo que siguió -según Boff- fue que “ellos plantearon que es necesario dominar para buscar la riqueza, lo que les obliga a atacar a todos con una gran violencia, pero ese paradigma creó un sistema que nos puede matar a todos”.
Por el contrario, el teólogo brasileño consideró que “el Hombre es responsable por la continuidad de la vida. Por eso, nosotros debemos seguir a San Francisco de Asís, que fue el hombre más grande de Occidente y no a su padre, Pietro Bernardone dei Moriconi, un rico capitalista”, expuso, nuevamente entre sonrisas.
En el último tramo de su exposición, Boff expresó que “la cultura moderna nos obliga a olvidar nuestra raíces cósmicas, mientras que el antropocentrismo nos hace olvidar a los demás seres, a querer dominarlos. En este punto, el Papa Francisco condena la acumulación de bienes y servicios, ya que el 20 por ciento de la Humanidad acumula todos los bienes, mientras que el 80 por ciento restante debe conformarse con las sobras. Esto es el consumismo. Así, el ser humano que vive en la abundancia se vuelve cruel y agresivo con los pobres. El Papa Francisco, en este punto, toma partido por los más débiles”.
La larga charla que brindó el exreligioso, que duró casi tres horas, dio pábulo para otras reflexiones, como su descarnada crítica al marxismo en beneficio del cristianismo, que posee para él la mística y de la fuerza de lo colectivo.