En un momento en el que la campaña de Sergio Massa no pasa por su mejor momento, reconocido incluso por su entorno más cercano, los precandidatos del Frente Renovador en la Provincia mueven fichas y cambian su juego tras los cambios suscitados este verano.
Ante todo, la prácticamente descartada incorporación de Martín Insaurralde, por la cual bufaron Mónica López, Darío Giustozzi y Felipe Solá, trajo acto seguido otra preocupación por el nuevo compañero de ruta: Francisco De Narváez. A lo que se sumó los realineamientos que produjo el portazo del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, que busca un lugar en el macrismo.
López, quien fue candidata a vicegobernadora en 2011 de De Narváez y luego quedó enemistada, coincide con Giustozzi en que “haya internas en todos los niveles” en el FR, mientras que varios intendentes del massismo quieren lo contrario, y ven en De Narváez la solución para que las listas sean, unificadas.
Eso llevó a que ahora estén “juntando fuerzas” con Giustozzi, según los propios dichos de la diputada provincial. Otrora duros rivales (López le regaló varios títulos descalificadores el año pasado), ahora privilegian las coincidencias básicas que tienen los dos referentes de la Tercera Sección: el temor a De Narváez y la voluntad de que haya internas en todos los niveles.
López y Giustozzi realizarán caminatas conjuntas por el interior bonaerense en las próximas semanas, anoche encabezaron un plenario en Lomas de Zamora y el martes pasado coincidieron en Lanús. Toda una nueva foto en la familia massista.
Aunque (por ahora) no lo dicen ante los micrófonos, López, Solá y Giustozzi están convencidos de que Massa podría finalmente definir que sea De Narváez el único candidato a gobernador por el FR, basándose en encuestas y en algunos intendentes que lo prefieren para evitar que haya primarias a nivel local.
Esa es la otra gran cuestión: Giustozzi y López quieren que haya PASO también en las intendencias, lo que traccionaría votos a su favor, pero pondría en riesgo la comodidad de la veintena de intendentes massistas que no quieren arriesgar su lugar y perjudicar su cómoda reelección.
Ayer, en tanto, Giustozzi volvió a distanciarse de De Narváez en declaraciones públicas realizadas en La Plata y dijo que el diputado “no puede mostrar gestión” y agregó: “Hay un tipo de dirigentes que sólo han recorrido pasillos de televisión, que se han hecho famosos y son parte de la Argentina que empieza a terminar”.
Solá, con su estilo de free-rider, aparece más deslindado de la interna y continúa recorriendo la Provincia, aunque masculla a su entorno el fastidio con la presunta predilección del tigrense para con De Narváez.