La crisis económica causada por la elevada inflación y la última corrida cambiaria generó un clima de incertidumbre e inestabilidad económicas. En ese marco, desde el sindicalismo se empezó a pedir una “paritaria permanente” para tratar de que los salarios se igualen al aumento del costo de vida.
El salario real terminará 2018 con un descenso promedio del 6%, el cual será mayor entre los empleados públicos que entre los privados, de acuerdo con las estimaciones que difundió Ecolatina. La consultora prevé que en la segunda mitad de 2019 podría haber una mejora, en la medida que se reduzca la inflación y no haya una nueva disparada en la cotización del dólar.
Según los pronósticos, en los cuatro años que van desde las elecciones de 2015 hasta fines del año próximo la caída del salario real llegaría al 9%.
“El salto de 35% del tipo de cambio en agosto va a acelerar la inflación en lo que resta del año, reforzando el reclamo de reapertura de paritariasde los trabajadores para evitar que sus ingresos queden muy rezagados frente a alza de precios”, señaló el informe, aunque se advirtió que “la profundización de la recesión moderará la demanda de ajuste salarial de los trabajadores privados (registrados e informales) producto de un creciente temor al desempleo”.
Ante esta situación, los gremios exigen subas de hasta un 40 por ciento, la proyección de la inflación para este 2018 que prevén varias consultoras privadas. Asimismo, varios que cerraron en un 15 van a revisar sus acuerdos después de que éstos quedaron completamente desvirtuados ante la crisis. Incluso el aumento que había peleado Hugo Moyano para Camioneros de un 25 por ciento caducó.
Los tres gremios del sector ferroviario volverán a negociar este mes después de haber cerrado con un aumento del 15 por ciento de enero a agosto. Según informó el diario La Nación, pedirán un adicional por dos o tres meses y volverían a debatir mejoras en noviembre. A esta tendencia se sumarán otros sindicatos, como la UTA, Smata y Luz y Fuerza.
Dentro de los estatales los docentes bonaerenses son lo más conflictivos. Piden una suba del 40 por ciento y esta semana programaron un paro por 48 horas. La última propuesta de la administración de María Eugenia Vidal fue del 20,7, muy por debajo de las exigencias del sindicalismo.
Las últimas paritarias que se ajustaron fueron la de la Asociación Bancaria y la del Sindicato del Neumático (Stuna) y serían las que más sirven de referencia en la actualidad.
Uno de los pocos acuerdos que quedarían por encima de la inflación es la de los pilotos de Aerolíneas Argentinas que pactaron con cláusula gatillo, por lo que la recomposición salarial se realizará de forma automática. A principios de año el Gobierno y sectores cercanos habían pedido que no se usara más este instrumento y promovió en su lugar la cláusula de revisión, en el que las partes están obligadas a sentarse para iniciar una nueva negociación.
“La cláusula gatillo es lo único que nos da previsibilidad y vamos a pedir que continúe”, aseveró a La Nación Pablo Biró, jefe de Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA).