Este miércoles por la tarde, la Justicia porteña ordenó liberar al policía Esteban Armando Ramírez, de 42 años, que estaba detenido tras provocar la muerte de Jorge Martín Gómez, de 40, al que le pegó una patada en el pecho en medio de una discusión en el barrio de San Cristóbal.
La jueza de Juzgado Nº 8, Yamile Bernán, ordenó en las últimas horas la excarcelación de Ramírez, pese a la oposición de la fiscal del caso, quien consideró que el efectivo podía entorpecer la causa en caso de quedar en libertad.
Según se desprende del texto de la excarcelación, Bernán consideró que no existen razones para creer que “el imputado eludirá el accionar de la Justicia o entorpecerá la investigación”, por lo que resolvió su inmediata “excarcelación bajo caución juratoria”.
El “homicidio preterintencional”, previsto en el artículo 81 inciso B del Código Penal, sanciona a quien “con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la muerte de alguna persona, cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte”.
Durante su declaración en el día de ayer ante la jueza Bernán, el policía porteño dijo haber utilizado “la fuerza mínima e indispensable” y agregó que “nunca quiso lesionarlo, ni usó la fuerza de forma abusiva, ni con un resultado cierto de que iba a tener una consecuencia como la que tuvo”.
En un video de cámaras de seguridad se ve cómo cuatro policías porteños rodean a Gómez, cuando uno de ellos, Ramírez –con rango de oficial inspector y más de 20 años como policía–, tras lo que parece ser un breve intercambio de palabras, le da una patada en el pecho.
Gómez cae y, a pesar de que fue asistido rápidamente por los servicios de emergencias, murió poco después en la guardia del Hospital Ramos Mejía por una “fractura de cráneo”. Ramírez fue detenido inmediatamente por Gendarmería y puesto a disposición de la Justicia.
La liberación se da, luego de que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, avalara el accionar del policía.
“No se puede solamente mirar el video sin antes ver el contexto. Era una persona que estaba generando una amenaza. Ya lo hemos visto. El cuchillo es una de las armas más peligrosas que puede tener una persona porque si uno se acerca lo pueden matar con el cuchillo”, expresó la ministra.
“Evidentemente la situación fue de tratar de que esa persona no siga en una actitud agresiva con una metodología que evidentemente no es la mejor. Lo mejor hubiera sido que ese policía tenga un arma adecuada para esas circunstancias, como una taser”, agregó la funcionaria, quien recalcó que una de las cosas que desde el Gobierno vienen planteando es que “la policía tiene que tener armar adecuadas” y que en el caso del lunes, el efectivo “tuvo que usar su cuerpo” y tuvo “un desenlace lamentable que sin duda el policía no lo buscó”.
“Buscó no acercarse porque todo policía sabe que si alguien tiene un cuchillo tiene que estar a siete metros. El policía estaba a menos de siete metros. No sacó su arma de fuego y fue una situación compleja pero que se entiende en el marco de una situación en donde hay agresividad y conmoción de una persona que estaba agrediendo y podía utilizar su cuchillo contra cualquier ciudadano”, dijo.
Además, remarcó que “en toda la doctrina policial el cuchillo es un arma de mucha contundencia porque el que tiene un cuchillo puede matar. Lo que quiso reducir frente a una situación de amenaza. Cuando cumple su deber, a la policía hay que protegerla. Esto no cambia el hecho de que el policía estaba protegiendo a los ciudadanos de una persona que estaba en una situación amenazante”.