Luego de la reunión que mantuvieron los ministros de Mauricio Macri en la Casa Rosada para evaluar las políticas económicas, el jefe de Gabinete Marcos Peña admitió que el país se verá afectado por la corrida cambiaria y minimizó el impacto del acuerdo stand-by con el FMI. “Podemos llegar a tener un poco menos de crecimiento que lo que estaba previsto, pero seguimos creyendo que vamos a crecer”, afirmó en la puerta de la Casa de Gobierno, al salir de la reunión.
En esa misma línea, señaló que con la línea de crédito que llegue de Washington se apresurarán las medidas que permitan disminuir el déficit fiscal. “Tenemos que llegar al equilibrio fiscal lo antes posible. Estamos por el camino correcto pero tenemos que acelerarlo”, aclaró, aunque replicó el discurso del resto de los funcionarios que niegan que el Fondo planteará duras exigencias: “Estarán comenzando las conversaciones pero no se plantea un escenario de fantasmas que nos vienen a plantear exigencias”.
Peña también afirmó que el Gobierno intentará llegar a “un gran acuerdo nacional” con la oposición para reducir el déficit fiscal. Agregó que en la reunión Macri les transmitió lo que había conversado días atrás con algunos gobernadores y diputados de la oposición. “Creemos que el marco para un gran acuerdo nacional es el Presupuesto 2019”, definió.
Respecto al encuentro que mantuvieron esta mañana, afirmó que la orden que dio Macri a sus ministros fue obviar los problemas económicos para continuar con la gestión. “La instrucción más importante es no distraernos con los que no tienen que ver estrictamente con la cuestión económica del día a día de la gestión”, manifestó.
Macri defendió también el plan “gradualista”. “Sabíamos que este plan nos lleva por un camino de cuidar a los que menos tienen. La profunda crisis a la que nos estaban llevando fue evitada pero no a costa de un ajuste brutal que hubiera impactado en mucha gente que no tenía posibilidad de afrontarla”, dijo el Presidente.
El Presidente sentó a su lado al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien volvió a la mesa chica de la toma de decisiones de Cambiemos. Con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que salió fortalecido, Monzó forma parte del G5, el grupo de funcionarios que asesora al Presidente y que representa un cambio en la toma de decisiones, una apertura de Macri a incorporar voces críticas en un contexto de turbulencia política y económica.
El regreso de Monzó y y el recargado Frigerio, provocó el descenso de Mario Quintana, el Vicejefe de Gabinete, quien mantiene un enfrentamiento con Vidal por el tema Farmacity en la provincia de Buenos Aires y ya no goza de los privilegios que le permitía Peña. Es más su interlocución directa con el Presidente es vista con recelo.
El Jefe de Gabinete Marcos Peña, a su vez, respaldó la gestión de Federico Sturzenegger en el Banco Central y aseguró que cuenta con “las herramientas necesarias” para frenar la tendencia alcista del dólar. “Cuando terminemos de estabilizar la situación vamos a poder hacer un pronóstico”, aclaró.
Al ser consultado sobre las causas que desembocaron en la crisis económica, Peña indicó que “algunos factores fueron internos o externos, pero lo importante es qué hacemos frente a eso”. “No podemos seguir pensando que la culpa es de otros, la culpa de que gastamos más de lo que tenemos es de los argentinos”, indicó.
En ese sentido, volvió a defender el acuerdo con la entidad financiera que preside Christine Lagarde: “La decisión de lo que haremos es enteramente de la Argentina, no existe una decisión de pedirle al Fondo una política económica, el Fondo apoyó nuestro modelo económico”.