El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, siempre dijo que es peronista, y por eso mismo suele chocar con algunas de las decisiones que impulsa el núcleo duro del Pro que sigue a pie juntillas los consejos del publicista ecuatoriano Jaime Durán Barba.
En pleno año electoral, Monzó volvió a sorprender con una serie de autocríticas y advertencias concretas sobre el accionar de su Gobierno.
Pidió más política y menos marketing para que el presidente Mauricio Macri “se meta en profundidad a cambiar la realidad”.
Destacó también que con el jefe de Estado “las cosas funcionan con mucha más disciplina, con previsibilidad”, a diferencia del peronismo “en donde la dispersión y el desorden casi son generados para poder administrarlos”.
Antes de hacer un llamado de atención hacia su propio Gobierno, Monzó no dejó de recordar “la pesada herencia”, al considerar que “el kirchnerismo no ha sido de izquierda, ha sido un capitalismo populista. En donde lo que alimentó, exacerbó, es la gratificación instantánea de la gente”.
En ese sentido, analizó que el gobierno anterior fomentó “símbolos que parecen un ascenso social: tener un buen par de zapatillas, tener un celular y tener Fútbol Para Todos. Eso no es movilización social ascendente, eso no es peronismo. La gratificación instantánea es la que hizo creer a la gente que estaba mejor, ahora hacemos una encuesta y el 30% es pobre”.
En una entrevista con el diario Clarín, Monzó dijo: “La ostentación y el cuidado de la imagen pueden llevarnos a un gran error” y criticó con todas las letras el accionar del asesor presidencial: “Durán Barba no es un estadista, sino que es una persona que hace marketing de la política. El riesgo es que abracemos al marketing como concepto de gestión. Y muchas veces llevar adelante una gestión y querer transformar la realidad es inversamente proporcional a tener una buena imagen”.
Monzó también dio una definición de cómo debe funcionar el Gobierno: “Yo quiero que tengamos volumen político, además de haber incorporado al gobierno a muy buenos profesionales y técnicos. Porque el profesional y el técnico no tienen el cuero para aguantar la crisis que sí puede aguantar un político”.
Para el final dejó dos conceptos sobre dos aliados del Gobierno: “Pienso en Martín Lousteau, al que cada vez le daría más protagonismo, y en Ernesto Sanz”.