Nicolás Russo pasa por su peor momento. A pocos días de las elecciones para elegir al nuevo intendente de Lanús, los rumores sobre el retiro de su candidatura son cada vez más fuertes. La fuga de dirigentes que hasta hace poco estaban en el Frente Renovador, con Russo, y su mala relación con el líder del espacio –el candidato presidencial de UNA, Sergio Massa– hacen presagiar lo peor para su futuro. A ese cóctel también se suma la distante relación que tiene con el candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires de su fuerza, Felipe Solá, y la pésima elección que hizo en las Primeras Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) donde terminó tercero cómodo. El último feudo amigable que le quedaba a Russo era el club Lanús, del cual fue su presidente, pero la relación con la actual dirigencia ya no es lo que era. La situación de Russo y el actual presidente Alejandro Marón está lejos de ser la mejor. Pero el problema central es político. Russo quedó tercero en las PASO y desde ese momento su candidatura cayó en picada. A partir de esa elección, fue de mal en peor. La situación empeoró tanto, que desde el propio massismo piensan seriamente en bajar su postulación para no pasar un papelón en la elección del domingo 25 de octubre.
Lo peor es la realidad, ya que no tiene remedio. El equipo de campaña de Russo sabe que su postulante está muy lejos de la pelea grande. Ante el avance y el crecimiento del candidato del Frente Cambiemos a la Intendencia local –el ministro de Hacienda del Gobierno porteño, Néstor Grindetti– y las posibilidades concretas del candidato del Frente para la Victoria (FpV), Julián Álvarez, lo de Russo es decepcionante.
Los rumores de que se baje de la carrera a la Intendencia son muy fuertes. Y ya pasaron del nivel de rumores para ser considerados como una versión con muchas posibilidades de concretarse. El periodista Jonatan Viale dijo por América TV que ya existiría un acuerdo entre Sergio Massa y Mauricio Macri. Y mencionó como parte del acuerdo que en Lanús se baje la candidatura de Nicolás Russo y ambas fuerzas apoyen a Nestor Grindetti.
Esta versión tiene que ver con las últimas encuestas que se hicieron en Lanús, en la que Russo corre tercero lejos. Y eso es lo que más preocupa a Massa, teniendo en cuenta la importancia del distrito.
UN CANDIDATO POCO CONFIABLE
“Sergio (Massa) está harto de Russo. Y lo peor de todo es que se dio cuenta de que es muy poco confiable. Los desastres que hizo durante la campaña llevaron a Massa a tener que ir varias veces a Lanús para apuntalarlo. Ya se cansó de Russo. No solamente quedó tercero sino que en el último tiempo perdió una gran cantidad de dirigentes que se pasaron al Frente Cambiemos, enojados con la manera que tiene Nicolás para conducir la campaña. Por eso, las chances de que Russo termine bajando su candidatura crecen cada vez más”, reconoció por lo bajo un massista bonaerense.
El propio Russo sabe que la elección que hizo en las PASO fue muy mala. Luego de conocerse los resultados escribió en las redes sociales: “Vamos a revertir los resultados de las #paso y le vamos a ganar al #Pro en #lanus”.
Sus deseos poselectorales están muy lejos de que eso ocurra. La bronca en la tropa del massismo de Lanús es tan grande que un dirigente importante llegó a decir: “Es el peor candidato que podríamos haber elegido”.
El hombre nacido en Villa Obrera y actual concejal de Lanús recibe cada vez más críticas y eso lo hace tambalear de una manera tan fuerte que nadie apuesta un peso por su futuro.
El enojo de Massa tiene sus motivos. Y esos motivos son muy contundentes. El candidato presidencial tuvo que ir a Lanús para frenar la incesante fuga de dirigentes, que, encima, optaban por irse con Grindetti. “No solamente nos abandonaron sino que consideraron al candidato del Pro como el mejor”, se ofuscan en el massismo de Lanús.
El candidato presidencial de UNA fue a Lanús la semana en que los concejales suplentes del Frente Renovador, Eduardo Dipasquale y Martín Borget, rompieron con Russo y se sumaron a Grindetti.
“Se van por Russo. Massa se dio cuenta al hablar con los dirigentes que ese era el problema. No hay que olvidarse de que Russo estuvo en el Pro, pero como quería ser la primera figura, como si fuera una vedette, sin dar nada a cambio porque no sumaba a nadie, lo terminaron echando aunque él diga que se fue. Massa se dio cuenta de que lo único que le interesa a Russo es figurar y que el partido que mejor se acomoda a eso termina siendo el lugar elegido. Russo no tiene una ideología clara sino un interés claro”, señaló un político de Lanús que conoce bien la interna política local.
EL ENOJO DE MASSA
Massa fue a Lanús con la excusa de presentar el plan de seguridad, en el cual mencionaba al narcotráfico como el principal problema para el distrito que gobierna el intendente del Frente para la Victoria (FpV), Darío Díaz Pérez. Pero el motivo real era el enojo que tenía con Russo por la incontenible partida de cuadros, candidatos y dirigentes.
La bajada del candidato presidencial de UNA llegó cuando la estructura de Russo empezaba a mostrar graves grietas. Se habían pasado al Frente Cambiemos el primero y el quinto de la lista auxiliar del Frente Renovador, además de Raúl Cavalli, un joven dirigente que trabajaba en el sector juvenil del expresidencia del Club Lanús; y Mariano Borquez, un referente de Monte Chingolo cuyo padre fue un alto funcionario del exintendente Manuel Quindimil y era el referente de Solá en Lanús.
Dipasquale y Borget hicieron el proceso formal del pase mandando una carta de renuncia a su espacio, pero las charlas con los armadores de Grindetti vienen desde el día después de las PASO. Apuestan a una victoria del postulante de Cambiemos para formar parte de un posible gabinete municipal, algo que consideran una verdadera alternativa.
Los que se fueron estaban muy enojados con Russo e hicieron saber a viva voz que el candidato a intendente suele acordar muchas leyes con el intendente Díaz Pérez, a espaldas de los demás dirigentes del Frente Renovador y, especialmente, a espaldas de Massa.
Los dirigentes que se pasaron al Pro acusaron a Russo de poseer poca vocación de opositor. En medio de esa crisis, Grindetti sumó además a la agrupación La Manuel Quindimil, que nuclea a un sector del peronismo tradicional del distrito.
Como si esto fuera poco y los errores de Russo no hubieran sido suficientes, el candidato lanzó unos flyers en las redes sociales en donde pidió abiertamente por el corte de boleta en Lanús. “Pensás en un presidente… Pensás en un gobernador… Ahora pensá en tu ciudad…”, es una de las frases que lanzó Russo luego de las PASO, en donde quedó tercero, por debajo de Álvarez y de Grindetti. Russo empezó a hacer circular su nombre y su rostro con un dibujo que lleva sobreimpreso una línea punteada y una tijera. Con esta movida quería despegarse de Solá y de Massa para atraer más votos. La estrategia fue totalmente inconsulta y la mayoría lo tomó como la movida de un hombre con pocos códigos. “Si Russo llegó a algún lado fue por Massa.
Entonces, es de cuarta que le diga a la gente que corte boleta cuando el lastre es él”, se quejan hoy desde el massismo.
Dicen que cuando Massa se enteró de la campaña que había lanzado Russo, volaba por los aires de la bronca. “Se volvió loco”, repetía Massa, y agregaba: “Con esto nos tira al bombo a Solá y a mí”.
ACERCAMIENTO CON EL PRO
El camporista Julián Álvarez obtuvo en las PASO una diferencia de solo seis puntos contra el ministro de Hacienda porteña, por lo que el Frente para la Victoria corre riesgos de perder el municipio.
Según las últimas encuestas, el crecimiento de Grindetti es sostenido y la diferencia se fue achicando, por lo que los analistas creen que el final será reñido. Y los dos únicos que tienen chances de ganar son los candidatos del Frente para la Victoria y del Frente Cambiemos. Por eso Massa y su círculo más cercano piensan en bajar a Russo, ya que Massa cree que con Russo la Intendencia de Lanús está perdida.
Luego de las PASO, Massa declaró: “Los intendentes me dieron un piso en las PASO y lo valoro. Ahora, tanto ellos como yo tenemos que crecer y buscar nuestro techo. Mi desafío es crecer, pero también tengo que respetar los intereses de mis aliados, que se pusieron la campaña al hombro. Yo no les puedo poner un techo”.
Pero esto no fue lo que sucedió en Lanús: allí el tigrense estuvo muy disconforme con la performance electoral de Russo. Para peor, con el paso de los días y la proximidad del domingo 25 de octubre, las chances del candidato a intendente del Frente Renovador cayeron aún más.
EL PEOR FINAL
Las acusaciones de traición crecen. “Russo piensa en él, nada más. Como en Lanús no hay segunda vuelta le importa un bledo Massa. Pero en los últimos días bajó el copete porque se dio de cómo estaba su candidatura y es muy probable que tire la toalla porque no tiene ninguna chance”, señaló un político del Frente Renovador de Lanús.
Uno de los que mejor analizó el resultado de las PASO fue el titular de los Municipales de Lanús, Miguel Pedelhez, que se manifestó preocupado y sostuvo que Russo bajó el perfil y que Grindetti lo subió más de lo esperado.
“En la provincia de Buenos Aires, Vidal y Grindetti sacaron muchos más votos de los que yo pensaba que iban a sacar. Es una apreciación personal”, relató el secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de Lanús.
Frente a ese escenario, de fuga de dirigentes, fría distancia con Solá y el enojo total de Massa, que casi no le dirige la palabra, Russo es lo opuesto a aquella canción de Roberto Carlos, que decía que quería tener un millón de amigos. Nicolás Russo cada vez tiene menos. Los votos languidecen, las encuestas son poco alentadoras y la posibilidad de que deponga su candidatura a intendente es cada vez más concreta.