El vicepresidente de Independiente y líder Camionero Pablo Moyano no irá preso como solicitó el fiscal Sebastián Scalera. El juez Luis Silvio Carzoglio, titular del Juzgado de Garantía Nº 9 del Polo Judicial de Avellaneda, decidió no detenerlo en el marco de la causa que investiga a dirigentes del Club Independiente por presunta asociación ilícita. El fiscal ya anticipó que apelará la medida del juez.
El hijo de Hugo Moyano estuvo los últimos días fuera del país, participando del 44° Congreso Mundial de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) en Singapur. Llegará al país el próximo jueves donde será recibido por sindicalistas. Pablo, desde Singapur, se defendió del pedido de detención planteando que todo responde a una persecución política por parte del Gobierno.
“No hacer lugar al pedido de detención de Pablo Moyano alias “Salvaje” en el orden del delito de asociación ilícita”, señaló Carzoglio.
El magistrado planteó que hay medidas de prueba como peritajes informáticos, en curso y que aún resta notificar a las partes de algunas decisiones.
Asimismo, el magistrado rechazó el pedido de detención de Ayelén Petrov y unos allanamientos requeridos por el fiscal.
El pedido de detención para el hijo de Hugo Moyano, fue planteado por el fiscal Sebastián Scalera quien acusó en base a una serie de nuevas pruebas a Pablo Moyano de ser uno de los jefes de la asociación ilícita que defraudó a Independiente en varios millones de pesos. Una de esas evidencias hace referencia a una cuenta de Independiente en Liechtenstein por donde pasaron US$ 30 millones.
En la causa -estuvo hasta comienzos de este año en manos del juez Gabriel Vitale– se investiga una asociación ilícita, encabezada por Pablo Moyano y el barrabrava de Independiente Pablo “Bebote” Álvarez, que habría defraudado en millones de pesos al club de Avellaneda. Los vinculan con la reventa de entradas y la recaudación de los trapitos, entre otros delitos.
“Bebote” Álvarez -que está preso- declaró ante el juez Vitale cómo lograban conseguir las entradas de protocolo para los partidos y complicó a Pablo Moyano. Además, habló de operaciones de lavado en la compra venta de jugadores. La Justicia sostiene que el hijo del dirigente de Camioneros “no desconocía las operaciones y era quien impartía las órdenes”.
Según la triangulación que busca desentrañar la Justicia, se determinó que luego, las principales cabecillas de la barra iban a una oficina de la sede social de Independiente, donde imprimían las entradas “truchas”. Más tarde, las repartían entre los que no eran socios y también con integrantes del club del interior.