Los miles de usuarios que utilizan la línea B de subtes se encontraron este jueves con un nuevo paro. El tercero, en lo que va del mes. Esta vez, como consecuencia de un protesta del Sindicato de Trabajadores del Subte (STS), una nueva pata sindical, ajena a la UTA y a los metrodelegados.
“Estamos haciendo esta medida de fuerza porque hubo agresiones a compañeros en varias líneas; pedimos reuniones con las autoridades de Metrovías y con el gobierno de la Ciudad y no recibimos respuesta”, sostuvo Antonio Morales, secretario general del STS..
A horas del comienzo de la veda electoral, el paro corona una semana negra para el subte. Ya que el lunes las línea B y D estuvieron paradas por protestas de empleados de seguridad. Y el miércoles la línea C fue noticia porque un depravado se masturbó frente a una pasajera, lo que evidenció los acosos que sufren a diario mujeres que utilizan las formaciones.
No obstante, Morales rechazó que la huelga tenga algún tipo de implicancia política. Y aseguró que habían avisado que tenían previsto tomar esta medida. Pero -curiosamente- la información no llegó a ningún medio de comunicación.
Dos horas después de iniciada la protesta, un oficial de la Policía Metropolitana se presentó en la estación Lacroze para notificar a los trabajadores de las sanciones legales que podría recibir de no deponer su actitud, por instrucción del fiscal Broto.
Qué dice Metrovías
La empresa concesionaria difundió un comunicado en el que asegura que la protesta sólo busca generar el reconocimiento de un nuevo sindicato. “Para ello basan su reclamo aduciendo la necesidad de una mayor presencia policial y en el apoyo al grupo de vigiladores que el día lunes ocasionaron la interrupción” de la misma línea, aseguraron.
“La empresa realizará las denuncias pertinentes ante las autoridades. Metrovías lamenta los inconvenientes que esta medida sorpresiva y absolutamente injustificada provoca a los miles de usuarios que utilizan diariamente el Subte para trasladarse por la Ciudad”, agregó Metrovías.