Los precandidatos a gobernadores bonaerenses del Frente Renovador, Gustavo Posse y Mónica López, mantuvieron un encuentro en secreto el miércoles por la noche en el que buscaron aunar fuerzas ante sus rivales y conversaron sobre sus críticas compartidas con la conducción y el armado en el massismo bonaerense.
Según informaron a Noticias Urbanas algunos de los presentes en la cena, que tuvo lugar el miércoles por la noche en un restaurante que suele usar Posse para encuentros políticos -ubicado en la localidad de Martínez-, el intendente de San Isidro y la diputada provincial dialogaron sobre la actualidad del massismo bonaerense y coincidieron en su crítica a un presunto pase de Martín Insaurralde al FR.
“Pareciera que algunos juegan para que todo sea funcional a una llegada de Insaurralde”, opinó López en diálogo con Posse, quien si bien al principio le daba la bienvenida al lomense, ahora se desmarcó y la semana pasada dijo que “lo peor que le podrían traer a Massa hoy por hoy es Insaurralde”.
López prosiguió y se quejó del “desorden” del Frente en la Provincia, porque “lo que se arma por abajo vienen por arriba y lo desarman”, algo en lo que asintió el intendente.
Básicamente, el dirigente de San Isidro y la de Avellaneda (que construyen su armado en la Primera y la Tercera sección, respectivamente) apuntaron a que “no se respetan” liderazgos territoriales en sus zonas de influencia (“Se organizan actos y no nos avisan”, se les escuchó decir) y comparten las críticas a la Mesa Coordinadora Provincial, encabezada por los intendentes José Eseverri, Gabriel Katopodis y Joaquín de la Torre, la cual a sus ojos estaría cumpliendo un rol deficitario.
Tampoco están de acuerdo en que los precandidatos a intendentes puedan jugar en las PASO con todos los postulantes a gobernadores, porque “eso se presta a un desorden” para los alineamientos internos.
“Hay mucho cacique y poco indio, tenemos que unificar la voz y la conducción, porque algunos compañeros se cansan y se van a terminar yendo con (Mauricio) Macri”, le dijo la legisladora.
Ambos dirigentes pactaron incrementar las conversaciones entre ellos y avisarse mutuamente visitas en lo que consideran su área de influencia, y quieren exhibir capacidad de acción común, especialmente cuando de la vereda de enfrente mantienen una relación tensa con Darío Giustozzi, otro rival de cara a la gobernación (la lista de postulantes massistas se cierra con Felipe Solá).
Ante la consulta a sus operadores sobre una posible fórmula conjunta para la gobernación, los dos sectores ratifican la aspiración “a ser gobernador y no vice”, aunque tampoco lo descartan.
Por lo bajo, cerca de López reconocen que la precandidata expuso sus quejas ante el propio Massa y recibió una respuesta que le resultó poco satisfactoria: “Le contestó que está todo bien y que no pasa nada”. Parece que con su indiferencia, el tigrense lo que logró es que los disidentes pasen a buscar alianzas internas para forzar un cambio.