El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, encabezó la presentación formal del presupuesto 2019, en el que se prevé una inflación del 23% y un dólar a $42 para el próximo año. Con el proyecto sobre la mesa, ahora el Gobierno quiere asegurar la aprobación prontamente, como señal ante la nueva negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI)
Además, contempla un nivel de crecimiento negativo, con una caída de medio punto (-0,5%).
En el marco de la presentación que se realizó en la Cámara de Diputados, el ministro hizo hincapié en la necesidad de resolver el déficit fiscal, una “debilidad endémica de la economía argentina”, que el Gobierno recibió en máximos históricos y que no se traducía en una mejroa de la calidad de vida de los argentinos.
Asimismo, resaltó que “tenemos el desafío de que este sea el inicio de un proceso que perdure en el tiempo, de la consolidación fiscal argentina, y de un Estado que sepa administrar los recursos de los contribuyentes”. En la misma línea, pidió a los diputados que acompañen el proyecto, lo que será una “señal muy importante para reducir la incertidumbre”, en torno al acuerdo con el FMI.
Durante la exposición, el funcionario también explicó que se decidió avanzar más rápido hacia el equilibrio fiscal. Las metas de déficit fiscal pasaron a ser 2,7 para 2018, 0 para 2019 y 1 punto de superavit primario para 2020. Con lo cual, destacó que con un tipo de cambio real más competitivo, el equilibrio fiscal primario dependerá menos del crédito internacional y que, finalmente, el Banco Central verá “facilitada su lucha contra la inflación” al no tener que brindar financiamiento al Tesoro.
“Esperamos que en 2019 la actividad en promedio se contraiga un 0,5% por la combinación de un arrastre de 3,6% y un crecimiento superior al 5%. La caída está explicada por el punto de partida, por el arranque negativo que nos deja este año. Aun esperando que la economía retome un ritmo de expansión superior al de 2016”, detalló el ministro. La inflación prevista, en tanto, para todo 2019 es de 23%. Mientras que la estimación para 2018 es que el año termine con 42%.
Dujovne subrayó que luego de diez años consecutivos de déficit, se presentó un presupuesto con equilibrio primario. Y que el esfuerzo fiscal de pasar de un 2,3% de déficit a la nueva meta de 0 en 2019 será “repartido en partes iguales entre ingresos y gastos”. Según detalló, el gasto social crecerá al 32%, seguridad social al 35%, salud al 29% y vacunas y remedios al 94%. También precisó alzas en compra de alimentos (60%), transferencias a universidades (39%) y de gasto en ciencia y técnica (28%).
En tanto, el ministro de Hacienda aseguró que “la infraestructura crecerá, aun siendo conservadores, con las obras de PPP (participación público privada) de 4,2% del PBI a 4,4%”. A su vez, indicó que las medidas con las que se alcanzará el equilibrio fiscal incluyen una baja en el gasto de subsidios y de gasto de capital que estará compensado por otras fuentes y por el incremento en infraestructura a través de los PPP.
Y afirmó: “Vamos a continuar reduciendo el deficit de las empresas públicas no asociadas a transporte y a energía y los gastaos operativos en bienes y servicios no esenciales. No se prevén en el año próximos ingresos de nuevos empleados ni para cubrir las las vacantes generadas por los retiros voluntarios”.
Las proyecciones son una reducción del gasto primario de la Nación de 7,7% real. “El esfuerzo fiscal estaba rindiendo sus frutos en 2017 y la economía encadenó 7 trimestres consecutivos de crecimiento. Sin embargo, en 2018 ocurrieron varios shocks”, justificó Dujovne, y enumeró la sequía, la suba de las tasas de interés en el mundo que redujo la liquidez global y las caídas en las monedas de Brasil y Turquía. “Estos shocks llegaron cuando no habíamos terminado de corregir desequilibrios. Estábamos bajando el déficit al mismo tiempo que reducíamos la presión tributaria, y esto requería de financiamiento, que ha disminuido”, cerró.