Desde mañana la tarifa del subte costará $ 3,50 , y el pasaje del Premetro, un peso. Se concretará entonces el aumento anunciado en enero, una suba del 40% con respecto a los $ 2,50 actuales, y un acumulado del 218% desde enero de 2012, cuando el primero y fallido intento de traspaso del servicio de la órbita nacional a la de la Ciudad llevó al gobierno de Mauricio Macri a incrementar la tarifa, que entonces era de 1,10 pesos.
Con el hecho prácticamente consumado, la oposición al gobierno porteño, siguió con sus críticas, y los llamados “metrodelegados” -que representan a la mayoría de los trabajadores del subte- están en estado de alerta, no sólo por la suba sino por reclamos relativos a las tareas y a la eventual tercerización de labores de talleres; vislumbran un “conflicto muy fuerte” con el gobierno porteño, aunque anoche aclaraban que “por ahora” no harán un paro.
El legislador porteño del Frente para la Victoria (FpV) Francisco “Tito” Nenna aseguró que “el subte se va a transformar en exclusivo y va a haber una pérdida infernal de pasajeros” por la suba de la tarifa del 2,50 a 3,50 pesos del servicio, que el gobierno porteño dispuso aplicar a partir de este miércoles.
Durante la jornada del lunes, algunos usuarios hacían fila para comprar la “subtepass” antes del incremento, y en las boleterías de los subtes se vendían hasta 40 tarjetas por persona (100 pesos), tarjetas que no tienen vencimiento. De todas maneras, la demanda por comprar la “subtepass” ayer no era tan significativa como cuando el 6 de enero del año pasado el boleto subió de $ 1,10 pesos a $ 2,50, un 127% de aumento.
“Es así que Macri plantea una estrategia que aumenta significativamente el peso al gasto en trasporte al bolsillo de los trabajadores, a través de un aumento de tarifa o directamente los expulsa de la posibilidad de utilizar dicho servicio”, planteó por su parte el secretario de Transporte, Alejandro Ramos.
El legislador porteño del MST en Proyecto Sur Alejandro Bodart pronosticó que con este aumento “la cantidad de usuarios del servicio se reduciría a la mitad” con respecto a un año atrás; hoy viajan 900.000 usuarios por día.
“Cuando el año pasado el gobierno aumentó la tarifa la cantidad de pasajeros bajó un 24%, y ahora se calcula una cifra similar”, dijo Bodart, quien presentó un amparo contra la suba. El legislador aseguró: “[En el juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario N° 3] nos han dicho que van a habilitar la feria, y ahora estamos a la espera de que se resuelva nuestro pedido”.
El senador kirchnerista Daniel Filmus se subió a las críticas: “Esta suba desmedida y discrecional de la tarifa, ya que no guarda relación con ninguna escala racional, afecta el bolsillo de los que menos tienen y transforma al subte en un transporte para los pocos que puedan pagarlo. Seguramente sobrecargue el sistema de colectivos, que corre el riesgo de colapsar. Para sostener el servicio del subte, Macri ya aumentó en enero del año pasado la tarifa al doble, exactamente un 127%, y los impuestos en forma desmesurada este año”. En relación a esto, Nenna también planteó, que a raíz del aumento “se va a generar una explosión del transporte público”.
En tanto, la diputada nacional Graciela Ocaña y el legislador Daniel Amoroso, ambos del partido Confianza Pública, cuestionaron ayer que la empresa Metrovías y el gobierno porteño no cumplan con la ley de traspaso del servicio de subte, que dispone que no se cobre boleto a jubilados, pensionados y alumnos de escuela primaria pública.
“La empresa todavía utiliza las normativas anteriores a la ley de traspaso y mantiene las restricciones horarias y de categoría jubilatoria para otorgar beneficios. La nueva ley dice que deberán viajar gratis todos los jubilados y pensionados y no sólo los que cobren el haber mínimo, y del mismo modo no habla de horarios ni de días para este caso ni para el de los alumnos. Jubilados y alumnos deben viajar gratis siempre, en cualquier horario y cada vez que lo necesiten”, dijo Ocaña.
Asimismo, Nenna sostuvo que la suba “es unilateral y autoritaria porque no tuvo en cuenta la ley de traspaso del subte (a la órbita de la ciudad de Buenos Aires) que indicaba que tenía que haber argumentos desde una auditoría para aumentar o no la tarifa, como así las audiencias públicas”.
Por último, cuestionó que “va a favorecer” a Metrovías a la que no se la pedido rendición de gastos e inversiones” y que “tampoco tenemos datos sobre la tarifa técnica” del servicio.
“Macri tiene una visión empresarial y economicista del subte donde está planteada la cuestión de costo beneficio y no de un servicio público para los pasajeros”, concluyó.
Frente a este escenario de aumento, los “metrodelegados”, un gremio allegado al kirchnerismo, amenazaron el pasado lunes con la posibilidad de aplicar medidas de fuerza. “Si no hay respuesta a nuestros reclamos y arbitrariamente sube la tarifa a $ 3,50 vamos a un conflicto muy fuerte con el gobierno de la ciudad, pero por ahora no haremos paro”, dijo Roberto Pianelli, secretario general de los metrodelegados.
Los gremialistas habían levantado molinetes la semana pasada como “autodefensa”, en reclamo de mayor seguridad en boleterías y trenes y en rechazo del proyecto de tercerizar tareas que habitualmente se efectúan en talleres propios.
La medida provocó una dura respuesta de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), que anticipó que labrará las actas de infracción correspondientes por interferencia y obstaculización del servicio y de actividades conexas. De todas maneras, los “metrodelegados” ya señalaron que mañana no harían paro.