El presidente Mauricio Macri llamó al Reino Unido a solucionar “amigablemente” el diferendo por Malvinas y reclamó que Londres escuche las decenas de resoluciones de la ONU que instan a dialogar por esa cuestión. “Confiamos en que será posible activar un mecanismo para solucionar definitivamente ese diferendo“, dijo Macri en un discurso de 15 minutos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Las palabras de Macri llegaron más tarde de lo que estaba previsto. Al presidente argentino le habían avisado que podría hablar cerca de las 11.30 neoyorquinas (las 12.30 de Buenos Aires), pero comenzó su discurso exactamente una hora más tarde. La razón principal del retraso es que Barack Obama, el presidente de Estados Unidos, llegó más tarde que lo estipulado y eso obligó a hacer reprogramaciones de último momento.
De traje oscuro y corbata roja, Macri dio su primer discurso –duró poco más de 15 minutos– luego de escuchar a todos los Jefes de Estado sentado a los escritorios asignados a la delegación de la Argentina en el tradicional salón verde y dorado de la Asamblea General.
Otras de las cuestiones referidas por el mandatario –algunas, polémicas– versaron en la consabida pobreza cero, la igualdad de género y “la problemática de los refugiados”. Respecto a este último tema, Macri dijo: “Vamos a ampliar la recepción de los refugiados de Siria o de sus países vecinos, privilegiando a grupos familiares con niños. Creamos un Gabinete Nacional de ministros, a cargo de la ampliación del programa humanitario vigente, que articula ministerios y gobernaciones y vela por las medidas de seguridad y la plena integración social”.
Y agregó: “Podremos ir incrementando gradualmente nuestra capacidad de recepción, en la medida que el acompañamiento financiero, la asistencia técnica y el apoyo logístico internacional nos lo permita”.
En la banca de Argentina lo escucharon el Jefe de Gabinete, Marcos Peña; la canciller, Susana Malcorra; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo; el embajador argentino en Washington, Martín Lousteau, y otros miembros de la corta delegación oficial. La Primera Dama, Juliana Awada, con un saco y un pantalón de color marfil, pasó las horas de espera antes del discurso de su marido en ese mismo lugar y luego fue acompañada por personal de la ONU al palco asignado a las esposas de los Jefes de Estado, ubicado a la izquierda del estrado.
Fue el debut de Macri como orador, pero no era la primera vez que se paraba en el histórico estrado. Ayer había conocido el lugar en una especie de tour que le armó la misión argentina ante la ONU, como una especie de reconocimiento del terreno.