A propósito del documento que dio a conocer la Iglesia este viernes, y la respuesta de varios de los representantes del kirchnerismo por las acusaciones sobre que la Argentina “está enferma de violencia”, el gobernador de la Provincia, Daniel Scioli se sumó a la polémica.
Tras asegurar que escucha “con atención” a la Iglesia, admitió que lo que generó “controversia” dentro del kirchnerismo “es la palabra “enferma” que el Episcopado eligió para definir la situación de la Argentina. “Yo los escucho con atención, hago mis reflexiones y saco mis conclusiones.
En tanto, y declaraciones radiales defendió las políticas de seguridad desplegadas en su distrito y remarcó que está “personalmente al frente de esta lucha para que se viva con más tranquilidad y con más seguridad”
Esta mañana también desde el sector eclesiástico redoblaron la apuesta y afirmaron que “el clima general de paz es responsabilidad del Gobierno nacional”.
Quien también se sumaron a la discusión fueron Sergio Massa, al afirmar que “creo que el documento refleja un dato muy fuerte de la realidad que es que la inseguridad está cada vez más presente y está presente con un dejo mayor de violencia”. Y el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota: “El escrito es muy real y concreto”.
Los cruces comenzaron este viernes cuando el dirigente de La Cámpora José Ottavis criticó: “Creemos, y estamos contentos, que es una Argentina que no está enferma. Seguramente es una Argentina que puede estar mucho mejor o que le pueden faltar algunas cosas para que tenga una salud completa, como le puede pasar a cualquier país que está avanzando”.
“Pero creemos que una Argentina enferma de violencia sí vivimos en el 55, y la Plaza de Mayo fue un testigo fundamental, sí la vivimos en el 76, y nuestro pueblo lamentablemente fue testigo fundamental, sí vivimos en el 89 y también lo vivimos en el 2001, en la Plaza de Mayo”, recordó Ottavis.
Luis D’Elía, en tanto, recordó: “Menem, De la Rúa, etc, dejaron 8.000.000 de desocupados y 185 mil fábricas cerradas, la Iglesia Católica y Quarracino bendijeron todos sus actos”.
La embajadora argentina en México, Patricia Vaca Narvaja, remarcó: “No recuerdo un pronunciamiento del episcopado en la época de la dictadura ni en la época del auge neoliberal, ni en la crisis del 2001”.
La Iglesia “debería estar más cerca del pueblo que de lo que dicen los medios hegemónicos” y añadió que esa institución “necesita escuchar más a los millones de argentinos que trabajan y viven en paz, respetarlos y reconocerlos”.
