Hace una semana, la UCR Capital apuntó de manera directa al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y al Pro en la Ciudad por la “falta de diálogo”, acusándolos de tener un “funcionamiento corporativo”. Luego, vino el turno de los comuneros, quienes piden por una tarifa social para clubes de barrio tras el tarifazo. El último frente de guerra entre ambos partidos surgió en la cancillería, ante la salida de Malcorra y la vacante en el cargo.
Pero todas las acciones esconden un propósito: marcarle la cancha al Pro porteño antes de confluir ambos partidos y sellar la creación de Cambiemos a nivel Ciudad.
Cuando a nivel país Mauricio Macri selló la alianza con la UCR y la Coalición Cívica, en el Pro de la Ciudad estaban convencidos que se replicaría el acuerdo casi de inmediato, pero no fue así tras los comicios. Una vez que asumió el nuevo Presidente y Martín Lousteau aceptó ser embajador en Estados Unidos, en el Pro volvieron a pensar que eso sellaba la llegada de la UCR, pero tampoco sucedió.
Sin embargo, según pudo saber Noticias Urbanas, la idea del radicalismo es “ir hacia la construcción de Cambiemos en la Ciudad”, coincidiendo así con lo que piensa Martín Lousteau.
Pero desde el centenario partido ponen condiciones. “Primero, debe haber una conversación sobre la agenda y una convergencia de las mismas”, expresó un radical al tanto de las conversaciones.
Ese, es el primer escollo. “Larreta no dialoga, cree que el radicalismo va a sumarse sin críticas solo para apoyar, y está muy equivocado”, explicó otro boina blanca que paticipa de los mitines en el comité Capital.
En el terreno de la Legislatura porteña, ECO ya perdió algunos sectores como el de Ocaña o el socialismo. La Hormiguita jugó la individual y en el Pro ya la cuentan como propia al momento de contar los porotos. Los hombres del partido de la rosa roja buscan de diferenciarse ante la unión radical macrista, aún sin un éxito rutilante en esa empresa.
“En la Legislatura no va a ser el bloque Pro más seis legisladores de Suma+. Pensar eso es un error total”, dijo un asesor a este medio. En el Pro, en cambio, si confían en la posibilidad cercana de armar un interbloque Cambiemos, y eso proponen -por ahora por lo bajo- algunos ediles amarillos.
Otro tema que podría ser un escollo en el armado es que en el radicalismo entienden que si se oficializa la creación de Cambiemos en la Ciudad, ese paso implica formar parte del Gobierno, por lo tanto, reclamarían por cargos e incluso Ministerios, para “no quedar como una fuerza testimonial que integra el Gobierno pero no toma decisiones”.
“La UCR tiene hombres y mujeres que saben gobernar, que tienen vocación de hacerlo y que están preparados para asumir responsabilidades”, sintetizó un radical sobre la situación, en estricto off the record.
En el Pro, en cambio, son más expeditivos: “Primero, que se sumen en la Legislatura. Después se verá que lugar ocupan en el Gobierno. Ellos armaron ECO, ahora venir a pedir Ministerios es una locura”, respondió un asesor desde Uspallata a este medio.
Así las cosas, parece que el acercamiento está estancado, aunque los hombres de ambos partidos coinciden en lo más importante: Cambiemos verá la luz en la Ciudad, tarde o temprano. Es un hecho.