“Estamos convencidos de que se puede salir del cepo rápidamente. Hay que aprovechar la fuerza que dará el triunfo electoral y avanzar, desde el día posterior a las elecciones y antes de asumir, en acuerdos con distintas fuerzas y trazar políticas de Estado en conjunto”, indicó Sergio Massa el miércoles de la semana pasada, al salir de un encuentro con su equipo económico.
En las oficinas que el Frente Renovador tiene cerca del Congreso de la Nación, en Rodríguez Peña al 100, el candidato presidencial terminó ese día de pulir los ejes principales de un plan económico que permita “darle certidumbre a la gente”. “A partir del 25 de octubre de 2015, la Argentina en 100 días va a estar sin cepo cambiario”, insistió. Para cumplir con esa promesa, el borrador del programa –al que tuvo acceso el diario Clarín– vaticina que con un fuerte volumen de inversiones y sin déficit ni emisión excesiva de pesos del Banco Central, se podría bajar la tasa de interés y aumentar la demanda de pesos.
“De ahí a sacar el cepo y volver al Mercado Único Libre de Cambio (MULC) hay un solo paso, va a ser una consecuencia casi inevitable”, señalaron.
La iniciativa de diez puntos, elaborada por los economistas Martín Redrado, Aldo Pignanelli, Ricardo Delgado, Marco Lavagna y Miguel Peirano, será presentada el mes que viene. Aunque su detalle aún no se conoce, Clarín consigna que tendrá no sólo políticas macroeconómicas, sino también proyectos de ley para corregir algunas normas del kirchnerismo como la reforma de la carta orgánica del Banco Central.
“Necesitamos que el Central tenga independencia de funcionamiento y de criterio. Nadie dice que sea una isla, debe acompañar la política macro, pero es imprescindible que tenga autonomía del Gobierno”, explicó Redrado, ex titular de la entidad durante el gobierno de los Kirchner.
Una reforma de la flamante Ley de Abastecimiento, la normalización del Indec y la facilidad para que las empresas puedan girar sus utilidades al exterior son otros tres objetivos del programa. Todos ellos apuntan a generar una mayor confianza. “Hay que tranquilizar al mercado y retornar a un modelo virtuoso que atraiga inversiones extranjeras, permita cambiar las expectativas y volver al crédito voluntario del sector privado y público y recuperar el de los organismos multilaterales”, consigna el borrador del proyecto.