Luego de que este miércoles a las 9.10 una formación de la línea B de subtes quedó varada por desperfectos técnicos, a metros de la estación Pasteur, lo que trajo como consecuencias que el servicio se vea interrumpido y la gente que se encontraba dentro de la formación debiera caminar por las vías para salir, la polémica por el funcionamiento de esa línea de subterráneos afloró una vez más.
El delegado gremial Claudio Dellecarbonara, admitió “algunos incidentes entre los usuarios, pero menores” y criticó a Metrovías y los gobiernos nacional y porteño por el servicio. “La responsabilidad es de la empresa que no hace el mantenimiento e inversión correspondiente”, advirtió en candidato del Frente de Izquierda en la Ciudad.
El jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, salió al cruce del dirigente gremial, al manifestar que “Dellecarbonara está todo el tiempo quejándose y no ayuda, porque es muy poco constructivo”, y reivindicar la política de transporte del gobierno de Mauricio Macri.
Luego, la gerente de Relaciones Institucionales de Metrovías, Lucía Ginzo, expresó a la agencia Télam que “en hora pico la cantidad de formaciones en circulación en la línea B llega a 19, lo que nos alcanza para trasladar a todos los pasajeros”, aunque habría admitido que el traslado no es de la calidad que debieran tener.
Ginzo negó que sean frecuentes las fallas técnicas, y que lo sucedido este miércoles por la mañana, “se originó en una formación que ya presentaba desperfectos técnicos en la estacion Carlos Pellegrini”. “Se pensaba sacar esa formación a taller cuando llegara a Federico Lacroze, pero se quedó cuando salió de la estación Pasteur, lo que originó una evacuación de los pasajeros por los túneles”.
La empleada detalló además el comienzo de los destrozos (ver recuadro) que se originaron en la estación Medrano: “Al llegar a esa estación los pasajeros no quisieron bajarse y comenzaron a tener actitudes agresivas que derivaron en la rotura de parte de las boleterías, por lo que la empleada que atendía allí debió ser trasladada con una crisis de nervios”.
Pasajeros causaron destrozos
Como consecuencia de la formación varada, la línea B funcionó con un servicio limitado durante algunos minutos entre Rosas y Medrano. Cuando llegó a esa estación y deber bajarse, algunos pasajeros comenzaron una protesta por la interrupción del servicio, lo que llevó a discusiones con algunos empleados y que desembocó en golpizas menores y destrozos.
En Callao varios pasajeros sufrieron síntomas de asfixia y ataques de pánico, por lo que debieron ser asistidos por ambulancias del SAME, según comunicó el titular del servicio, Alberto Crescenti, aunque remarcó que no fue “nada grave”.