En la región metropolitana de Buenos Aires, las villas concentran a más de 1 millón de habitantes y en la Ciudad de Buenos Aires se estima que viven cerca de 200 mil personas en las 21 villas (o barrios) instaladas, e insumen una superficie de 300 hectáreas. Con lo cual, casi la décima parte de la población reside en tales condiciones con extrema precariedad e insalubridad.
El Gobierno anunció que las obras de urbanización de la Villa 31 y la Villa 31 bis serán finalizadas en marzo del 2017. O sea tendrán acceso a todos los servicios que se prestan en otros barrios de la Ciudad. Lo que resta, ahora, e insisten desde el Gobierno que ese es el objetivo, es la integración.
“De las villas salen por día aproximadamente 6 mil personas. Pero no entra ninguna y eso dificulta el intercambio entre residentes y no. La primera medida de fondo para ello es la traslación del Ministerio de Educación a la villa o el barrio como les gusta llamarla ahora. Como respuesta de este modo más de 2.200 empleados del gobierno tendrán presen
cia diaria en el barrio en los tres puntos. Para desarrollar su trabajo, ocuparán los terrenos de YPF donde ahora se encuentran los contenedores de YPF . El Gobierno de la Ciudad, trabaja también en la instalación dentro de la Villa 31 de un centro de salud CESAC, de una sucursal del museo MALBA y una delegación de la Comuna” afirma en diálogo con Noticias Urbanas, el ministro de Espacio Público, Eduardo Macchiavelli.
Con la instalación de esos tres puntos, el Gobierno estaría cumpliendo con el primer punto propuesto en el Acuerdo por la Urbanización de las Villas, según el cual “las villas deben ser integradas urbanística y socialmente al resto de la Ciudad”.
Asimismo, el Gobierno de Larreta creó la Secretaría de Integración Social y Urbana con la misión de “diseñar estrategias, planes, políticas y proyectos que favorezcan la integración urbana, social y económica del Barrio 31 al entramado formal de la Ciudad”, según indica su sitio web. Desde esa secretaría comenzaron el 15 de julio las obras de infraestructura para que los niños de la villa dispongan de bicicletas y patinetas.
Por otra parte, otro de los problemas habituales de la Villa 31 es la cantidad de cables que invaden los cielos y calles y hacen imposible la entrada de camiones con materiales. No obstante, desde el mes pasado, la ciudad controla el ingreso de materiales a la Villa 31, con el objetivo de disminuir la arquitectura ilegal del predio.
Cuando terminen las obras de urbanización en marzo de 2017, llegará la hora de la integración. En principio, el Gobierno pretende equiparar la cantidad de personas que salen y entran de la Villa, con el objetivo de hacerlo más fluido y que interactúen residentes y visitantes de manera continua tanto en el aspecto comercial como social.
El problema de infraestructura, con los cables y los camiones que no pueden entrar, ya empieza a tener una solución concreta en esta zona, como en el Barrio 20, pero en otras zonas viene retrasado como en la 1-11-14.
De acuerdo al censo 2010 del INDEC, este asentamiento informal poseía en ese entonces 26.492 habitantes. Aproximadamente uno de cada dos habitantes de la Villa 31 es argentino, siendo la otra mitad habitantes procedentes de otros países, principalmente de Paraguay, Bolivia y Perú.