Desde el 30 de septiembre de 2011, Víctor Koronelli es el embajador de la Federación Rusa en la Argentina. Se graduó en la Universidad Estatal de Moscú en 1979 de doctor en Ciencias Geográficas. Domina a la perfección el castellano y el inglés. En 1988 entró en el servicio diplomático, fue vicedirector del Departamento de América Latina de la Cancillería Rusa y estuvo diez años en Cuba y cinco en Chile.
En una charla exclusiva con Noticias Urbanas habló de la relación de su país con la Argentina y de política internacional. Y definió la posición de Rusia con respecto a América latina.
–¿Cuál es su visión sobre la relación que atraviesan la Argentina y Rusia, teniendo en cuenta los 130 años de relaciones diplomáticas que se cumplen este año?
–Según mi opinión y la que también comparten mis colegas, nuestras relaciones bilaterales están en auge. Nuestros países siempre mantuvieron buenas relaciones, y eso fue confirmado en la actualidad por los presidentes de la Argentina y Rusia. Más exactamente, en la reciente visita oficial de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a Moscú, cuando nuestros líderes firmaron una declaración según la cual las relaciones bilaterales actuales tienen el carácter de asociación estratégica integral. Esto quiere decir que nuestras relaciones abarcan todas las esferas. Me refiero al diálogo político y a una posición muy cercana respecto a los problemas más importantes tanto a nivel internacional como a nivel regional. Además de la cooperación económica comercial que existe en varias esferas. Tenemos un muy buen volumen de intercambio comercial. También estamos avanzando en dos proyectos de gran tamaño y envergadura, como son la construcción de la represa hidroeléctrica Chihuido en Neuquén y la cooperación en la construcción de la sexta central atómica. Hay que mencionar también que nuestras relaciones abarcan la esfera humanitaria y la esfera cultural. Y estos 130 años de relaciones bilaterales y diplomáticas, que se cumplen el 22 de octubre, los vamos a festejar juntos. Lo que acordaron nuestros presidentes en julio del año pasado, durante la visita del presidente Vladimir Putin a la Argentina, fue realizar en 2015 un año dual de cultura con jornadas culturales entre la Argentina y Rusia. Lo que significa la realización de jornadas culturales argentinas en Rusia y jornadas culturales de Rusia en la Argentina. En eso estamos. Durante la estancia de Cristina Fernández de Kirchner en Moscú se inauguraron oficialmente las jornadas de cultura argentina en Moscú, con una exposición dedicada a Eva Perón que tuvo una gran cobertura y una gran difusión en la sociedad moscovita. Y ya están en marcha las jornadas de cultura rusa en la Argentina. En el marco de esas jornadas, el grupo de teatro moscovita Etcétera se encuentra realizando funciones en el Teatro San Martín. La inauguración oficial de las jornadas culturales rusas en la Argentina se realizará el 30 de junio en el Centro Cultural Kirchner. Por eso, aprovecho para invitar a todos los lectores al concierto de gala que se brindará ese día y para el cual vendrán cuatro estrellas solistas de ópera rusa y un director de orquesta. Ellos van a realizar dos presentaciones, la primera será en Mendoza, el 27, y la segunda, el 30, en la inauguración oficial de las jornadas culturales.
–Al hablar de la relación de aliados estratégicos entre la Argentina y Rusia, ¿las prioridades se centran en la cuestión internacional o en la bilateral?
–Estoy convencido de que el término “aliados estratégicos” trata de dos cosas. Porque alianza estratégica significa que los países son socios estratégicos en el terreno internacional, en varios organismos internacionales, debido a que comparten muchas posiciones en común. Por ejemplo, que no son aceptables en política internacional los dobles estándares. Y eso fue confirmado varias veces tanto por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como por el presidente Putin. Además, hoy en día, los dos países tienen su propia voz en los organismos internacionales y eso es muy importante. Al mismo tiempo, esta relación estratégica significa que tenemos varios proyectos bilaterales conjuntos, que son ventajosos para ambos, como los que mencioné con anterioridad: el de la represa hidroeléctrica y el de la central atómica. Y esto es un ejemplo claro de que lo que estamos haciendo es a favor de las dos naciones. Por eso vuelvo a mencionar el tema de las relaciones políticas. Ya que existe una coordinación de nuestras relaciones en lo concerniente a varias cuestiones y temas de política internacional. Para eso, creamos en conjunto un mecanismo de consultas políticas permanentes entre las dos cancillerías, que cada año realiza consultas a nivel de vicecancilleres y de directores claves de ambas cancillerías sobre los temas más importes de la actualidad mundial, como el desarme, la no proliferación de armas, la cuestión de los derechos humanos, etcétera.
–¿Cómo imagina la posibilidad de que la Argentina se incorpore en los Brics?
–Esta pregunta es un poco más teórica que práctica. Porque, por el momento, en la agenda de los Brics no se está discutiendo la ampliación de los países miembros. Eso es lo primero que hay que mencionar. Lo segundo es que esto no significa que nunca vaya a ampliarse la cantidad de países miembros. Pero para esto hay una condición clave: la ampliación solamente se puede dar con base en el consenso. No puede ser la decisión de uno, dos o tres países. Solamente los cinco miembros, sobre la base del consenso, pueden tomar esta decisión. Esto no significa que los cinco países que integran los Brics estén conversando en soledad sobre los problemas mundiales. Porque existe una muy buena tradición según la cual el país anfitrión, que ejerce la presidencia pro témpore de los Brics en cada cumbre anual, invite a los países de su región. Eso pasó el año pasado en Brasil y posibilitó que los presidentes de las naciones que integran los Brics conversasen con todos los presidentes invitados. Y pasará lo mismo este año, cuando la Federación Rusa ejerza la presidencia pro témpore.
–¿La Argentina tendría que pasar por un escalón previo para incorporarse en los Brics?
–Teóricamente, podemos discutir cualquier opción, pero en la actualidad no existe la condición de país asociado. Si algún día, en alguna de las cumbres de los Brics, alguien plantea el tema y los demás miembros llegan a un consenso y están de acuerdo, se podría dar esta posibilidad.
–El esquema actual es el de país invitado.
–Sí, este esquema es el que se mantiene en los últimos años y ya demostró su eficacia. Y hablando específicamente de la Argentina y además de nuestros contactos bilaterales y de los contactos en los foros internacionales que nos unen, tenemos un muy buen diálogo y compartimos una mirada común en varios de los temas más importantes de la agenda de los G20, y esto es importante porque significa que tenemos muchas coincidencias.
–Para Rusia y China fue una prioridad estrechar los vínculos con América latina. ¿Se debió a que los Estados Unidos descuidaron la región?
–En el mundo contemporáneo no puede mantenerse mucho tiempo un espacio vacío. Y en mi opinión, los Estados Unidos disminuyeron su presencia en la región. Pero esa no es la causa del estrechamiento de las relaciones de cooperación entre Rusia y América latina. Nosotros consideramos a América latina un polo independiente que tiene su propia visión y su propia voz en varios organismos internacionales. Y América latina conoce y defiende sus intereses tanto regionales como locales. La prioridad de Rusia en materia internacional es la creación de un mundo multipolar. No puede haber un solo dueño mundial que le dé órdenes al resto. El mundo debe ser multipolar y, en la actualidad, América latina juega un papel muy importante en la creación de este mundo multipolar. Nosotros apoyamos esta posición. Además, y al igual que China, nosotros tenemos muchos intereses económicos en la región a través de varios proyectos. En el caso de la cooperación con la Argentina, todos los proyectos que diseñamos y estamos realizando son ventajosos para ambos países. Porque en los negocios y en el comercio no hay nada gratis. Cualquier proyecto es posible y ventajoso siempre que sea favorable para todos los participantes involucrados.
–En el plano internacional, el tema de Ucrania terminó involucrando tanto a Europa como a los Estados Unidos y a Rusia. ¿Cómo analiza la actuación de la OTAN y de los Estados Unidos en el conflicto interno ucraniano?
–Voy a ser breve pero muy concreto. Desgraciadamente, muchos piensan que lo que pasa en Ucrania es un problema entre Ucrania y Rusia, y esto no es así. Existe un problema interno en Ucrania que se generó por el golpe de Estado del año pasado. Todo lo que sucede hoy es consecuencia de ese golpe, que desgraciadamente fue apoyado por los Estados Unidos y sus aliados. Ucrania no es el único ejemplo de la política irresponsable de los Estados Unidos, también podemos recordar las intervenciones en Irak y Libia. Y puedo ponerles otro ejemplo de la unilateralidad con la que se manejan los Estados Unidos: cuando abandonaron el tratado de defensa de antimisiles. Esa fue una iniciativa de ellos, no nuestra. Para que se arregle el conflicto ucraniano hay una sola vía: el diálogo político interno entre el gobierno y las zonas rebeldes, como las llaman. El Gobierno de Rusia apoya el diálogo y trata de hacer todo lo posible para que avance, pero, en nuestra opinión, falta que adopten el mismo criterio los Estados Unidos y la Comunidad Europea. Al hablar de la OTAN hay que decir que esta fue creada como un contrapeso del Pacto de Varsovia en los años de la Guerra Fría. Hoy en día no existe ni el Pacto de Varsovia ni la Unión Soviética y, sin embargo, la OTAN sigue existiendo. Y, además, la OTAN está ampliando su presencia alrededor de la frontera rusa. Entonces, quién es el peligro y para quién es el peligro.
–Cuando asumió su cargo de embajador en la Argentina, ¿qué fue lo que más le sorprendió del país?
–Voy a ser franco: en nuestra Cancillería se mantiene cierta tradición en la cual algunos diplomáticos dedican su carrera profesional a ciertas regiones. En mi caso me dediqué a América latina. Por eso estuve trabajando en muchas países de la región. Eso me llevó a realizar viajes cortos a la Argentina de dos o tres días, pero cuando fui designado embajador en la Argentina, país con el cual mantenemos una larga relación diplomática y que, además, es un país importante y miembro del G20, para mí fue un gran desafío y un gran honor. Ahora, en el plano personal, me impresionó mucho la gente, su idiosincrasia. Los argentinos son muy abiertos, se hacen amigos de una persona que no conocían antes de una forma muy rápida. Por eso creo que los rusos y los argentinos tenemos rasgos muy parecidos. Además, Buenos Aires es una perla entre las ciudades latinoamericanas. Y también me impresionaron sus riquezas naturales. Mi desafío personal es visitar todas las provincias del país. Ya conozco muchas y me faltan las del norte. Realmente, la Argentina es un país impresionante.
–Estando en la Argentina y conociendo la pasión que existe por el futbol, ¿apoya a algún equipo argentino? ¿Cómo ve las posibilidades de Rusia y la Argentina para el Mundial que se jugará en su país?
–No soy fanático del fútbol, pero me gusta ver buenos partidos, en que los jugadores muestran profesionalismo y alto nivel de juego. Claro que siempre apoyo a mi Selección. En el caso de la Argentina, ustedes tienen una muy buena Selección, que actuó de una manera excelente en el último Mundial. Les voy a contar una anécdota simpática que ocurrió durante la final de la Copa del Mundo. El presidente Putin estaba de visita en la Argentina en esos días, y el día de la final bajó al lobby del hotel. Allí se encontró con varios periodistas polacos que le preguntaron a quién iba a apoyar en la final y él dijo claramente que iba a apoyar a la Argentina (risas). Hablando de los equipos argentinos, no soy fanático de ninguno, pero por si acaso tengo dos camisetas que me regalaron con mi apellido y el número nueve, que es el día de mi cumpleaños. Son la de Boca y la de River (risas). La que me falta tener es la de San Lorenzo.
–Seguro la va a tener muy pronto.