Marcelo Dell’ Isola es camarógrafo, y en diálogo con Noticias Urbanas repasó sus inicios y coberturas más importantes de su carrera, que lo llevó a trabajar en distintos continentes. Comenzó trabajando en TV 2, en distintos noticieros y actualmente se desempeña en Telefé.
¿Como te decidiste y cuando a ser camarógrafo?
En realidad vengo de una familia de camarógrafos de noticias, mi padre y mi tío fueron de los primeros camarógrafos de televisión de Argentina y eso en mi juventud me tiró para inclinarme hacia esta profesión, ya a los 7 años paseaba por los pasillos de los noticieros de televisión, o sea que de niño ya tenia una cámara arriba del hombro, de hecho mi primer cámara fue una Bolex de película, creo que a diferencia de otros chicos de mi edad que quizás tenían alguna cámara de fotos, yo ya andaba filmando con una Bolex a cuerda. Eso hizo que me decidiera por esta profesión.
¿Qué significa para vos ser camarógrafo?
Ser camarógrafo para mi es todo, saber que sos los ojos de millones de personas que no pueden estar en el lugar y el momento de la historia donde vos tenes la oportunidad de estar es muy importante. La verdad que el reconocimiento de la gente a todos los camarógrafos es muy grato, simplemente les mostramos lo que no pueden ver de otra forma.
¿Cuál fue la cobertura más importante que hiciste?
En realidad fueron varias pero quizás una de las mas importantes fue el atentado a la AMIA en 1994, fue tremendo llegar a los 5 minutos de que había ocurrido y ver y mostrar todo lo que ahí sucedía fue terrible. Otra de las que me quedo en las retinas fue el Tsunami de Chile de 2010, sinceramente fue muy duro llegar, trabajar y ver lo que habia pasado ahi y lo que seguia sucediendo, la desesperación de esa gente que perdió todo era terrible, hubo momentos que dejas de pensar que estas ahí para mostrar al mundo lo que sucede y te pega mentalmente la situación. Y otra importante y quizás una deuda profesional pendiente que tuve desde que empecé a trabajar en noticieros fue la cobertura del aniversario 30 de Malvinas, fue un shock muy importante y la verdad que profesionalmente es de lo más importante que cubrí.
¿Se corren riesgos?
La verdad que si, salís a la calle y no sabes donde terminas, quizás un día salís a hacer una encuesta por el frío y terminas en una toma de rehenes o en un tiroteo y eso implica mucho riesgo por lo atrevidos que somos los camarógrafos, nunca nos quedamos donde nos dicen que nos quedemos, siempre buscamos estar mas cerca, sin preveer el peligro y eso juega malas pasadas a veces.
¿Sigue eligiendo esta profesión día a día?
La verdad que me lo planteo todos los días si sigo o no, pero la respuesta a diario es la misma: si. Porque amo lo que hago y porque me gusta ser uno de los pocos que tenemos la posibilidad de mostrarles a muchos lo que sucede a diario.
¿Cuál es el costo personal y social de esta profesión?
Es difícil mantener un equilibrio entre lo personal y lo profesional, sos como un bombero, te llaman para un viaje y no hay reunión ni evento social o familiar que evite que te vayas. Algún día pondré en la balanza de la vida lo que me dio esta profesión y lo que me auto quité de mi vida personal y social, pero no quiero maquinarme ahora porque sino…
¿Sintió miedo en serio alguna vez?
La verdad que si, el momento mas peligroso que viví, fue una cobertura de un golpe de estado en Bolivia donde llegamos caminando desde el Alto hasta La paz y estábamos en el medio del enfrentamiento entre policías y manifestantes, con la diferencia que esos manifestantes eran mineros y no tiraban bombas molotov a las que estamos acostumbrados a soportar en marchas de nuestro país, ellos eran mineros y le tiraban a la policía con cartuchos de dinamita. Y nosotros en el medio. Fue una de las veces que quizás más cerca de no volver sano estuve.
¿Qué coberturas internacionales tenés?
-Estuve en muchas, tuve el placer de cubrir dos mundiales, una Copa América, elecciones en Estados Unidos, Venezuela, Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay. Cubrir la muerte de Lady Di, el velorio de Hugo Chávez, la gira del papa Francisco a Brasil, Tsunami de Chile, golpes de Estado en Bolivia, Malvinas a 30 años de la guerra y varias otras, esas son las cosas que hacen que sigamos sintiendo orgullo de ser camarógrafos, de ser los ojos de la gente.